La prueba más clara de que un hijo ha alcanzado la madurez es la emancipación. Sin embargo, antes de que suceda esto, otras muchas situaciones van dotando de autonomía a los niños y jóvenes. Un ejemplo es el hecho de comenzar a dormir solo, sin la compañía de ninguna otra persona y comenzar a gestionar su propio espacio: su habitación.
Sin embargo, este proceso que llega a todo niño puede suponer la aparición de ciertos miedos. En especial si hasta ahora han compartido habitación con sus padres, quienes inspiraban seguridad a sus sueños. Pero la falta de luz y la ausencia de alguien que pudiera defenderlos en caso de amenaza, hacen que estos terrores aparezcan por la noche evitando su sueño. Por ello, desde la Fundación Baby Center se dan una serie de pautas para que los progenitores puedan ayudar a sus hijos a superar estas situaciones.
¿De qué tienen miedo los niños por la noche?
La mayoría de los niños que experimentan miedo a la hora de irse a la cama suelen tenerlo a lo desconocido. Después de un día de luz, toca oscuridad en un contexto donde están a solas. Es entonces en donde la imaginación se pone en marcha y cualquier ruido, o forma que no identifiquen se presenta como una amenaza. Aquellos seres que ha visto en series o leído en libros parecieran reales.
Estos miedos se acentúan todavía más si el niño despierta de una pesadilla. Aquello tan terrorífico con lo que acaba de soñar lo acompaña al mundo real, en su imaginación, y el miedo a que aparezca en cualquier momento dificulta que pueda conciliar el sueño. En otros casos la presencia de estos terrores pueden responder a la presencia en sus recuerdos de algún hecho traumático: una fuerte caída, presenciar algún accidente, etc.
En cualquier caso, la tarea de los padres pasa por enseñar a sus hijos a diferenciar entre el mundo real y el de la fantasía, entre el mundo de los sueños y el que viven en su día a día. Una tarea en la que de vez en cuando tendrán que acudir a la llamada de sus hijos, pero en la que poco a poco tendrán que ir desconectando su presencia para que estos ganen en autonomía.
¿Qué pueden hacer los padres frente al miedo infantil?
Por parte de los padres, se puede ayudar de muchas formas a que los niños superen estos miedos y aprendan a dormir tranquilamente por la noche:
– Diferencias entre el mundo real y el de la fantasía. Los padres deben enseñar a sus hijos que aquello que imaginan está en su mente y no en este plano, por lo tanto aquello con lo que sueñan o tienen terrores no existe y que por tanto no puede hacerles daño de verdad.
– Evitar historias de miedo. Si la misión es evitar el miedo, historias como las del Coco o el Hombre del Saco no tienen razón de ser. Recurrir a estos personajes para conseguir que el niño se porte bien sólo generará en ellos un terror que puede manifestarse en las noches.
– Vigilar los contenidos. Nada de películas que den miedo antes de irse a dormir o lecturas con dibujos de seres abominables. Un contenido apropiado para su edad no los sorprenderá ni los predispondrá al miedo.
– Acompañar pero no constantemente. Si el niño tiene una pesadilla acudir a su habitación y calmarlos es una buena opción, generar una costumbre de quedarse a dormir junto a ellos para que estén tranquilos no se recomienda ya que entonces nunca ganará la autonomía necesaria.
– Pedir ayuda. Si pese a todo el niño sigue manifestando estos miedos, habrá que pedir ayuda profesional para detectar posibles traumas y recuerdos arraigados que expliquen la presencia de estos terrores nocturnos.
Damián Montero
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