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La mejor herramienta contra el estrés: la resiliencia

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Todos los niños experimentan estrés en diversos grados a medida que crecen. A pesar de nuestros mejores esfuerzos, los padres no podemos evitarles a nuestros hijos los obstáculos que se les presenten. Los niños se enferman, se mudan de casa, puede que se encuentren con acosadores, hacen frente a sus exámenes, pierden y ganan amigos, lidian con el divorcio de sus padres, entre otras cosas. A la vista está que estos son grandes obtáculos para ellos.

La buena noticia es que todos los niños son capaces de superar los desafíos y afrontar el estrés. La resiliencia es la capacidad de recuperarse del estrés, la adversidad, el fracaso, los desafíos o incluso el trauma. No es algo que los niños tengan o no tengan; es una habilidad que los niños desarrollan a medida que crecen y es nuestra responsabilidad despertarla en ellos y en nosotros.

Los niños resilientes tienen más probabilidades de asumir riesgos saludables porque no temen no cumplir con las expectativas. Son curiosos, valientes y confían en sus instintos. Conocen sus límites y se esfuerzan por salir de su zona de confort. Esto les ayuda a alcanzar sus metas a largo plazo y les ayuda a resolver problemas de forma independiente.

El antídoto contra el estrés

La resiliencia ayuda a los niños a navegar ante situaciones estresantes. Cuando los niños tienen las habilidades y la confianza para enfrentar y resolver sus problemas, saben que tienen lo que se necesita para enfrentar problemas difíciles. Cuanto más se recuperan por sí mismos, más internalizan el mensaje de que son fuertes y capaces.

Cómo desarrollar la resiliencia

Los padres pueden ayudar a los niños a desarrollar resiliencia y enfrentar la incertidumbre enseñándoles a resolver problemas de forma independiente. Si bien la reacción instintiva de los padres puede ser intervenir y ayudar para que el niño evite lidiar con la incomodidad, esto en realidad debilita la capacidad de recuperación. Los niños necesitan experimentar incomodidad para que puedan aprender a superarla y desarrollar sus propias habilidades para resolver problemas. Sin este conjunto de habilidades, los niños experimentarán ansiedad y se cerrarán ante la adversidad.

Construyendo una conexión emocional fuerte

Pasa tiempo a solas con tu hijo: los niños desarrollan habilidades dentro del contexto de las relaciones afectivas. Cuando los niños saben que cuentan con el apoyo incondicional de un padre o madre, un miembro de la familia o incluso un maestro, se sienten capacitados para buscar orientación e intentar superar situaciones difíciles.

Toma de riesgos saludables

Es importante alentar a los niños a tomar riesgos saludables. ¿Qué es un riesgo saludable? Algo que empuja a un niño a salir de su zona de confort, pero si no tiene éxito, el «daño» resultante es menor. Por ejemplo, probar un nuevo deporte, entablar una conversación con un amigo nuevo, etc. Cuando los niños evitan el riesgo, internalizan el mensaje de que no son lo suficientemente fuertes para manejar los desafíos. Cuando los niños aceptan los riesgos, aprenden a esforzarse.

No soluciones sus problemas, la solución son las preguntas
Cuando los niños acuden a los padres para resolver sus problemas, la respuesta natural es sermonear o explicar. Una mejor estrategia es hacer preguntas. Al devolver el problema al niño con preguntas, el padre ayuda al niño a pensar en el problema y a encontrar soluciones.

Enseñale habilidades para resolver problemas

El objetivo no es promover la autosuficiencia al 100%. Todos necesitamos ayuda a veces, y es importante que los niños sepan que tienen ayuda. Al intercambiar ideas sobre soluciones con los niños, los padres participan en el proceso de resolución de problemas. Anima a los niños a que hagan una lista de ideas y reflexionen sobre los pros y los contras de cada una.

Etiquetar emociones

Cuando el estrés se activa, las emociones se intensifican. Enséñale que todos los sentimientos son importantes y que está bien sentirse ansioso, triste, celoso, etc. y asegúrale que los sentimientos no tan beneficiosos suelen pasar.

Aceptando los errores de todos fuera de la perfección

Los que evitan el fracaso carecen de capacidad de recuperación. De hecho, los que evitan el fracaso tienden a ser niños muy ansiosos. Cuando los padres se centran en los resultados finales, los niños quedan atrapados en el ciclo de aprobar o no aprobar. O tienen éxito o no. Esto provoca que se eviten los riesgos. Aceptar los errores nos ayuda a promover una mentalidad fuerte que evoluciona y les da a los niños el mensaje de que los errores les ayudan a aprender. Puede ser útil hablar sobre un error que has cometido y cómo te has recuperado de él.

Al aire libre

El ejercicio ayuda a fortalecer el cerebro y hacerlo más resistente al estrés y la adversidad. Si bien los deportes de equipo son el método más popular de ejercicio para los niños, todo lo que los niños realmente necesitan es pasar tiempo al aire libre realizando una actividad física. Si los deportes de equipo no le atraen, anímalo a jugar al aire libre, saltar, bailar y si es cerca de la naturaleza mucho mejor. Estas son excelentes formas para que los niños participen en el juego libre que también desarrolla la resiliencia.

En resumen, la resiliencia ayuda a los niños a superar los obstáculos que encuentran a medida que crecen. No es posible evitar el estrés, pero desarrollarla es una de las mejores formas para afrontarlo.

Gabriela García González. Autora del bestseller El Poder de Tu Resiliencia y de La Mejor Coach para tus Hijos ¡eres tú! es una referente del Coaching para Niños y el Empoderamiento infantil y Femenino. Educadora, Experta en Desarrollo Personal integral, Conferencista internacional y Formadora de Emprendimientos desde el Ser para mujeres.

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