Es imposible de contabilizar el contenido que ofrece Internet. El mundo online no es como una biblioteca doméstica en donde es fácil saber a qué y a qué no puede acceder una persona. Por este motivo se aconseja que las familias acompañen a los más pequeños mientras estos navegan por la red, para saber qué materiales y páginas visitan por si no fueran aconsejables para su edad.
Al mismo tiempo, también se aconseja limitar el tiempo de acceso a internet ya que las nuevas tecnologías son susceptibles de crear adicciones que impiden a los menores llevar a cabo sus tareas y cumplir con sus responsabilidades. ¿Hasta qué punto se cumplen estos preceptos en los hogares de España? Sobre este asunto arroja algo de luz el informe elaborado por Movistar y el Club de las Malasmadres.
Límites al tiempo, no al contenido
Este estudio ha recabado la información de 3.230 madres con hijos. Entre los datos recabados de esta encuesta destaca que el 63% de las madres afirma que le cuesta limitar el uso que ellas mismas hacen de las nuevas tecnologías. Situación que termina influyendo de manera en la educación de los hijos y es que inevitablemente las madres transmiten la forma en la que se usan estos dispositivos a través de los comportamientos cotidianos.
Según afirman 8 de cada 10 madres, los hábitos en el hogar relacionados con el uso de las tecnologías son la principal fuente de educación. Además, fruto de esa dificultad para controlar el uso de la tecnología en familia surge la necesidad de crear unas normas para su utilización en casa, siendo una práctica habitual para el 78% de las madres.
De manera paradójica estas normas son en el 60% de los casos solo son de obligado cumplimiento para los hijos, eximiendo de a los progenitores. En cuanto a la implantación de estas reglas, los datos del informe revelan que:
– El 60,1% ha impuesto normas solo para sus hijos.
– El 18,2% las aplica a toda la familia.
– El 21,7% no cuenta con ningún tipo de norma.
Normas que limitan el uso de las tecnologías de diversas formas:
– El 62,5% de las madres limita el horario de acceso a las tecnologías.
– El 45,8% de las madres les explica el contenido al que deben acceder y los motivos para ello.
– El 45% acompaña a sus hijos mientras usan las tecnologías.
– El 28,3% aplica normas de control parental para gestionar el contenido que se consume y el tiempo de conexión.
– El 14,1% imponen un código de acceso que solo conocen los adultos del hogar.
– El 2,1% apaga o cambia la contraseña del WiFi.
Preocupaciones de las madres y soluciones
¿Y qué les preocupa a las madres que participaron en este estudio? Estas son algunas de las más comunes:
1. Preocupación porque sus hijos pierdan el interés por la realidad offline.
2. Preocupación por la adicción o dependencia que la tecnología puede generar.
3. Miedo por el daño que pueden causar terceras personas a través de peligros como el ciberbullying, grooming, etc.
4. Riesgos de la exposición de la vida privada.
Al mismo tiempo las encuestadas también ofrecen su visión sobre cuáles serían las mejores soluciones a estos casos:
– Aplicación de hábitos diarios en el hogar: 79%
– Programas de educación en los colegios: 48,1%
– Tener instalado un aparato de control parental en los dispositivos que suelen usar sus hijos: 27,7%
– Libros, cuentos o guías adaptados a los hijos: 12,3%
– Dar consejos sobre un uso responsable brindados a través de influencers admirados por los hijos: 9,3%
– Programas educativos en internet: 5,2%
Damián Montero
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