Después de tener a su primer hijo, Marta Prada decidió reorientar su vida y formarse como Guía Montessori de Comunidad Infantil. Además, puso en marcha el blog de educación y crianza Pequefelicidad, que hoy es toda una referencia con más de 47 millones de visitas acumuladas.
Certificada como educadora de familias de Disciplina Positiva, Marta Prada imparte también cursos sobre las enseñanzas de María Montessori y educación respetuosa por toda España desde hace más de 5 años.
Fruto de su dedicación a las familias y a los niños, acaba de publicar Mamitis, su último cuento, en el que enfrenta uno de los tópicos más comunes de la infancia, el que afecta a esos niños y niñas que no desean despegarse de su madre y de quienes habitualmente se dice que tienen «mamitis». En esta entrevista, Marta Prada nos desvela cómo pueden los padres y madres lidiar con ese apego fuerte de la mamitis a veces tan estigmatizado.
La estigmatizada mamitis es algo positivo para los niños
¿Qué beneficios tiene para los niños tener un apego muy fuerte con su mamá?
En primer lugar, la mamá suele ser la principal figura de apego, pues les da unos puntos de referencia (con su olor, su voz, su temperatura…) que les hacen sentir a salvo. Eso les ayuda a establecer la confianza básica en el mundo. Cuando tienen a su mamá cerca es como si alguien les dijera: «confía, estás a salvo». Por tanto su cercanía les ayuda a crear una predisposición positiva. Es liberadora de miedos. Además, la mamá también es el nexo con la sociedad y el entorno. A través de ella irá poco aprendiendo a relacionarse, apoyándose en su confianza y ejemplo, también les ayudará a adaptarse a los cambios, al sentirse más protegidos.
¿Cómo se palpa un vínculo sano y natural de un bebé con su mamá?
Que un bebé necesite a su mamá es algo que se da de forma natural, sin condiciones. Lo que hay que observar es si desde la familia se vive esa necesidad y esa demanda de forma sana y natural o bien se ve como un problema al que se le trata de poner soluciones. Cuando nos centramos en encontrar esas recetas mágicas para que nuestro bebé deje de necesitarnos, duerma solo, juegue solo… Es entonces cuando tomamos decisiones contrarias a las necesidades del desarrollo humano.
La mamitis en uno de los últimos tópicos de la infancia, ¿por qué lejos de ser algo negativo o estigmatizado está bien tener mamitis?
La mamitis, aunque tenga una connotación negativa, tiene una función totalmente positiva y sana en el desarrollo humano.
Un bebé apegado, dependiente, amado y sostenido será un adulto seguro e independiente. Ese vínculo de unión tan fuerte que se forja al inicio de la vida, servirá como impulso para dar seguridad y confianza para el resto de la vida.
A parte de la mamitis, ¿cuáles son principales prejuicios que existen sobre la crianza y cómo desmontarlos?
Existen muchos prejuicios frutos del desconocimiento sobre el funcionamiento del cerebro y del desarrollo humano; el más grande es quizá considerar a los niños y niñas como seres inferiores. Los niños y niñas son seres llenos de potencialidades, con un cerebro que tiene un nivel de plasticidad que no conseguirá en ninguna otra etapa de su vida. Considerar a los niños y niñas como seres valiosos y darles la oportunidad de que hagan cosas útiles, de que les guiemos con el mismo respeto que le daríamos a un adulto, que les tengamos en cuenta en una sociedad totalmente adultocentrista… Es el punto de consciencia desde el que el inicio de la vida sería un armonioso, respetado y acompañado para crecer de forma sana.
¿Cómo viven las madres esa mamitis? ¿Les gusta, les agrada o por el contrario les perturba y les agobia?
Cada madre lo vive de una manera, en función de sus propias experiencias vitales, de sus heridas y de sus circunstancias. La mamitis es positiva, pero puede ser muy frustrante y agotadora cuando no tenemos apoyo y cuando sentimos presión de nuestra familia… Cambia la perspectiva cuando tenemos un entorno en el que podemos delegar ciertas tares y que nos impulsa emocionalmente. Hoy en día, sigue habiendo muchos prejuicios en torno a la crianza y todavía hay muchas madres que sienten mucha presión, por ejemplo, si no matriculan a sus hijos en un centro infantil a edades muy tempranas, como si por no hacerlo fueran a provocarle un daño en su desarrollo o en sus habilidades de socialización, y es justo todo lo contrario. De ahí la importancia de tener una tribu, que nos dé sostén, apoyo emocional y desahogo. En muchas ciudades hay grupos de crianza y hacen una gran labor.
¿Cómo distinguir esa mamitis de la fase del síndrome de los extraños propio de los 10 meses?
No creo en ese síndrome. Cada bebé lo vive de una manera muy distinta en función de su carácter y de sus circunstancias. El miedo es una emoción sana, porque nos lleva a ser prudentes con los peligros. Cuando el bebé empieza a reptar y a separarse de su mamá empieza también a ser consciente de su individualidad como ser vivo. Se hace consciente de que él o ella pueden influir en el ambiente, pero también de que otras personas pueden influir en él o en ella. Es un miedo sano y mamá es su puerto de seguridad. La sonrisa de mamá cuando un extraño se acerca le está lanzando el mensaje de «Es una persona confiable». El bebé necesita tener a su madre cerquita para abrirse a esa persona. Esa es la función que cumple el apego seguro.
Como educadora certificada de disciplina positiva, ¿qué pautas darías a los padres para educar a los hijos en el momento actual que vivimos como sociedad?
Vivimos en un momento en el que cada vez estamos más agobiados y menos presentes. Las redes sociales, las noticias* Nos hemos convertido en seres multitarea a los que les cuesta cada vez más tener atención y presencia plena.
Los niños y las niñas no necesitan grandes cantidades de juguetes, no necesitan mucha ropa, ni muchas actividades estimulantes: lo que sí necesitan es a padres y madres presentes y de buen humor.
La mayoría de las veces en las que creemos que nuestros hijos se están portando mal, simplemente están tomando las estrategias que creen firmemente que son efectivas para pertenecer, sentirse más queridos y más valiosos. Pensemos en ello y nuestra forma de relacionarnos con los niños, nuestra forma de ponerles límites y nuestra presencia con ellos se transformará radicalmente.
Los principios de María Montessori siguen vigentes en la educación a través de colegios, talleres y numerosas escuelas de padres, ¿qué considera lo más importante de este legado?
Lo más valioso que nos dejó la doctora Montessori fue una educación para la paz. En el momento tan trágico que estamos viviendo como humanidad en donde miles de personas mueren a manos de otras, solo puedo decir que el mundo no necesita que nuestros hijos tengan grandes conocimientos sobre geografía, matemáticas o lenguaje, si no saben lo más importante: AMAR, y esa capacidad se adquiere desde el nacimiento a través de la educación.
Marisol Nuevo Espín
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