Lectura y escritura son dos habilidades condenadas a entenderse. De hecho, son dos habilidades imprescindibles para que los niños adquieran las competencias necesarias. De hecho, es posible desarrollar ambas capacidades al mismo tiempo, facilitando el desarrollo de los más pequeños. De hecho, apoyar a los hijos en este sentido también tiene una serie de beneficios extra.
No solo se conseguirá mejorar la lectura o la escritura, gracias al desarrollo de la lectoescritura también se puede favorecer la empatía, la capacidad de escucha, la expresión y la comunicación de ideas, así como los pensamientos, la inteligencia emocional, fomentando y potenciando otras capacidades como la reflexión, o la creación de las propias opiniones.
¿Qué es la lectoescritura?
La lectoescritura se traduce en las habilidades necesarias para escribir y reconocer los textos para interpretarlos en una lengua determinada. En definitiva, dos destrezas imprescindibles en el desarrollo de los niños y que se aprenden en los primeros años de vida, y se van perfeccionando a lo largo de la etapa escolar. Pero eso no quiere decir que no se pueda trabajar en casa.
Hay que recordar que el hogar es el primer entorno de aprendizaje de todo niño y que en casa se pueden complementar los conocimientos adquiridos en el colegio. No solo a nivel teórico, sino también en el sentido de las destrezas como es, en este caso, la lectoescritura, permitiendo que los más pequeños puedan leer y escribir de forma adecuada, dominando al completo el propio idioma.
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Actividades para desarrollar la lectoescritura
¿Cómo se puede trabajar la lectoescritura en casa? Desde la Universidad Internacional de La Rioja, UNIR, se recomiendan estas actividades para trabajarla:
– Rutinas. Actividades relacionadas con la escritura y lectura de diferentes nombres, fechas, estaciones, etc. Todos los miembros de la familia tendrán que escribir el primer nombre que se les venga a la cabeza, e ir pasando el correspondiente folio a la siguiente persona para que lea dicha palabra y redacten una nueva.
– Cuentos. Acompañar al niño en la lectura de un cuento, no solo les ayudará a reconocer los símbolos (letras) para después reconocerlos en un texto, también servirá para recordarlos y plasmarlos en papel mediante la escritura.
– Juegos. Las adivinanzas, palabras encadenadas, y demás juegos basados en el uso de la lengua, ayuda a reconocer el lenguaje para después saber leerlo, o escribir, los términos aprendidos.
– La familia, en general. La casa debe participar en el desarrollo de los hijos, poniendo en marcha estas actividades, o plantear a los hijos la reproducción de nuevas palabras aprendidas, practicando de esta manera la escritura. Los dictados en casa, para su posterior lectura, también es de gran ayuda.
Damián Montero
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