Un aprendizaje no descarta otro. Un ejemplo es el proceso por el cual un niño interioriza las habilidades para leer y al mismo tiempo domina la escritura. Dos destrezas que pueden conjugarse a la perfección y son imprescindibles a la hora de iniciar el colegio y de llevar una vida académica excelente.
Al fin y al cabo, tal y como indican desde la Asociación Española de Pediatría y Atención Primaria, AEPap, ambas habilidades se basan en el reconocimiento de símbolos y en su interpretación de distintas formas. Por ello, se pueden combinar ambos aprendizajes y desarrollar la lectoescritura, es decir, trabajar en distintas actividades con el fin de potenciar ambas habilidades.
Destrezas compartidas para la lectoescritura
Como se ha dicho, lectura y escritura comparten distintas habilidades que son necesarias para poder dominar ambas destrezas. Desde AEPap se destacan las siguientes para poder trabajar en ellas al mismo tiempo, favoreciendo ambos aprendizajes:
– Saber reconocer los símbolos que componen un idioma. Tanto letras, como sonidos componen una lengua. Reconocer estos símbolos y relacionar cada uno con su correspondiente fonema permitirá que los niños puedan escribir, leer lo que han puesto en el papel y transmitirlo al resto.
– Separación por sílabas. Tanto las palabras escritas como las pronunciadas se separan por sílabas. Esta es una formula para conocer nuevas palabras, tanto escritas como pronunciadas.
– Memoria. Recordar todos estos símbolos que componen un idioma, así como las relaciones con sus sonidos permitirán dominar tanto la escritura como la lectura.
– Capacidad de formar palabras en la mente. Tanto a la hora de formar palabras para escribirlas como para recitarlas, es importante hacerse una idea en la cabeza sobre las mismas.
Ejercicios de lectoescritura para niños
Si hay habilidades compartidas entre escritura y lectura, ¿se puede trabajar en ambas de forma conjunta? La respuesta es sí, con distintos ejercicios como los siguientes:
– Repetir parejas de palabras para que digan si son iguales o distintas (pan-paz, luz-luz…).
– Separar las sílabas de las palabras (pe-ra, o-ve-ja, ma-ri-po-sa…).
– Saber si una letra está o no en una palabra (la «r» en carro, piña…).
– Repetir palabras inventadas sólo escuchándolas (nigo, diplo…).
– Repetir números de memoria (5-2-1, 4-1-8-3-9…).
– Nombrar una serie de cosas (animales, por ejemplo).
Damián Montero
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