Resiliencia, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua: Capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido. Trabajar con nuestros hijos el valor de la resiliencia les ayuda a enfrentarse a las contrariedades que les vayan surgiendo y recomponerse para seguir avanzando.
- Explicarles que los fracasos son oportunidades de mejorar: Para que comprendan por qué es tan positivo el valor de la resiliencia, necesitan averiguar que el fracaso o el error no son el final de un proceso, sino el principio de un aprendizaje.
- Dar ejemplo de resiliencia: Nosotros como adultos tenemos que mostrar a nuestros hijos cómo manejar el estrés y las dificultades de manera positiva.
- Desarrollar habilidades de resolución de problemas: Anima a los niños a pensar en soluciones posibles cuando enfrentan un desafío.
- Promover la autonomía: Debemos ayudarles a reconocer sus propias fortalezas y capacidades, darles la confianza suficiente para que sientan que ellos pueden afrontar el reto y tienen los recursos suficientes para solucionarlo.
- Fomentar relaciones positivas: Cuando vivimos en un hogar en el que la comunicación es fluida y hay vínculos fuertes, les es más sencillo hacer frente a los problemas porque saben que no están solos.
- Aprender a relativizar: El control de los nervios es fundamental para la resiliencia. Hay que aprender a poner cada problema en su contexto, a respirar y tomar distancia, a sobrenaturalizarlo y dejarlo en manos de Dios en la oración, si somos creyentes.
- Recuperar la rutina y el orden: Después de un problema, es especialmente útil regresar al día a día para demostrar a nuestros hijos que no pasa nada, que la vida sigue. Además, les proporciona un entorno predecible y seguro.
- Fomentar la empatía y la compasión: Ayuda a los niños a entender y compartir los sentimientos de los demás.
- Promover la gratitud: Debemos enseñar a los niños desde pequeños a enfocarse en lo positivo y a expresar agradecimiento.
- Confiar en ellos: Tenemos que dejar que nuestros hijos tomen decisiones apropiadas para su edad y aprendan de sus experiencias.