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Juguetes en Navidad:¿qué debe aportar un juguete a un niño?

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En Navidad, cada niño recibe su propia cuota de regalos. Pero cuando nos planteamos esta cuestión, comienzan a asaltarnos mil preguntas: ¿cuáles son los mejores juguetes para nuestros hijos? ¿Los más caros? ¿Da igual el juguete que elijamos? Y quizá entonces nos decidamos a buscar las respuestas en los catálogos multicolores que van llenando nuestro buzones sin tener en cuenta para lo que sirve realmente un juguete.

El juguete es la herramienta que el niño utiliza para desarrollar sus capacidades; es el complemento que supone la actividad lúdica. Los padres podemos sentir cierta angustia cuando se trata de elegir juguetes porque la oferta es enorme y los objetivos poco claros.

Por ello, a veces, no escogemos los juguetes más adecuados: en muchas ocasiones, éstos no son para jugar, sino para mirar, algunos, incluso, son demasiado delicados para dejárselos al niño… En suma ¡son aburridos!

El juego, una necesidad para los niños

El niño necesita el juego casi tanto como la alimentación. Es el vehículo a través del cual viaja en micro-mundos que representan el universo en el cual caminará como adulto el día de mañana. El juego es el laboratorio de experimentación de ese futuro.

Cuando el pequeño juega procesa la información que recibe de sus sentidos -contribuyendo así a su maduración-; ensaya sobre el control corporal, aprende a utilizar su cuerpo, a coordinar sus movimientos, a conquistar el equilibrio; entrena la habilidad manual.

Jugando aprende la diferencia entre situaciones agradables y desagradables; desarrolla la capacidad de comunicación; aprende a hablar; ejercita la memoria; descubre las relaciones espaciales, temporales y de causa-efecto; se ofrece vía libre a la creatividad. Y aún más, mientras juega, el niño aprende a conocerse a sí mismo y a comprender a los demás; aprende a dar y a recibir; a ganar y a perder; a someterse a reglas de comportamiento establecidas; a plantearse problemas y a resolverlos.

Inventando juguetes

Todas las habilidades anteriores se pueden desarrollar con juguetes muy caros, muy baratos, incluso con juguetes que no son juguetes… En fin, lo importante no es el objeto en sí. Recordemos que al niño le gusta inventar, modelar y crear su propio juguete. Es el caso del carísimo tren eléctrico que se convierte -ante la desesperación del padre- en un juego de experimentación. O la conocida caja que sólo servía para guardar un regalo que es transformada por nuestro hijo, como la calabaza de la Cenicienta, en un coche Fórmula 1 en cuestión de segundos.

Para elegir un juguete, un buen recurso es llevar al niño a las jugueterías y mirar sus ojos y observar sus reacciones. Existen locales que permiten la manipulación de estos, ofreciendo una excelente oportunidad a niños y a padres.

Ludotecas para seguir jugando

Otra alternativa son las ludotecas. En 1960 la UNESCO ideó la creación de «establecimientos públicos para la clasificación y conservación de los juguetes en régimen de préstamo». En estos locales podemos asesorarnos sobre las distintas ofertas del mercado y los juguetes más adecuados para los hijos. Incluso existe la posibilidad de poder llevarse el juguete a casa durante unos días para poder probarlo.

¿Qué debe aportar un juguete?

– Aportar nuevos valores a la natural e innata capacidad de juego infantil.
– Adaptarse a las necesidades motrices y temperamentales del niño.
– Ser ingenioso, estimular la fantasía, la imaginación y la creatividad.
– Mover a la acción, es decir, provocar la participación activa del niño en el juego.
– Tener una construcción sólida y cuidada para evitar riesgos.
– Su precio debe ser proporcionado a los valores que aporta.

Capacidad sensorial, la estimulación a través del juguete

El niño conoce el mundo a través de sus sentidos, de sus percepciones: mirar, escuchar, sentir a través del tacto, coger, soltar, palpar, chupar, morder… Los juguetes que ayudan al desarrollo de esta capacidad son, por ejemplo: móviles tridimensionales, espejos, láminas de observación, juguetes de colores contrastantes; guantes y calcetines sonoros, campanas de diferentes tonos, muñecos sonoros, juegos de discriminación auditivos, instrumentos musicales (de calidad), cintas de canciones -en diferentes idiomas-; muñecos y objetos de diferentes texturas, guantes táctiles, gimnasios de cuna; mordedores con diferentes texturas y temperaturas; juegos de memoria olfativa, visual y táctil…

Capacidad psicomotriz para desarrollar con los juguetes

Con este tipo de juguetes, el niño adquiere nuevos movimientos y perfecciona los que ya tenía. A ello nos ayudan todos los que potencien el control global de los movimientos corporales: subir bajar, empujar, correr, saltar.

Por ejemplo, vehículos de arrastre y empuje, coches para montar, carretón para transportar objetos, columpios triciclos, monociclos, patines, pelotas de todas las medidas -gigantes para bebés-, rulos de goma, patinetes, bicicletas, zancos, monopatines, camas elásticas, canasta, bolos, cuerdas de saltar, ski…

Existen otros movimientos que requieren mayor concentración. Son los de manualidad que requieren precisión y habilidad: encajar, apilar, construir, coser, bordar, etc. Por ejemplo: juguetes apilables, encajes, contenedores, aros, pequeños objetos, puzzles, tangram, rompecabezas, juegos de costura, de abrir/cerrar, meter/sacar, enroscar/desenroscar, diana de pelotas y dardos -punta roma-, tijeras, clavijas, mecano, telar, barro, plastilina, pirógrafo, marionetas de dedo, pinturas de disfraces, dactilopintura y todos los materiales de artes gráficas.

Capacidades cognitivas, estimulación a través de los juguetes

Son los juguetes que nos ayudan a potenciar la atención del niño, su memoria, creatividad, imaginación, expresión y lenguaje, organización espacial, diferenciación de conceptos, de formas, colores y tamaños. Por ejemplo: juguetes causa-efecto, de diferencias y semejanzas, de memoria (memory), cantidades y formas, científicos, electrónicos de preguntas y respuestas, de asociación, de lógicas, libros -todas las variedades literarias- dominó, ajedrez, cuentos, poesías, canciones, imprenta, ábacos, pizarras, ordenador, manuales de clasificación animal y vegetal, granja de hormigas, etc.

Capacidades sociales y emocionales

Son juguetes que deben potenciar el aprendizaje de las reglas sociales, de comunicación y participación. Por ejemplo, muñecos de peluche, muñecas bebé, accesorios y vestidos de muñecas, muñecos articulados, cocinitas, casitas, tocadores y demás juguetes que imitan elementos de la vida cotidiana, cabañas, casas de muñecas, juegos de mesa (parchís, dominó, cartas), disfraces, equipo de médico y todos los de imitaciones de profesiones y oficios. Incluimos aquí todos los juguetes que implican normas, por ejemplo, juegos con pelotas, fútbol, basquet…

Mónica Larruy Baeza
Asesoramiento: 
Teisa Dalmau Xiqués Asesora Psicopedagógica de Instució Familiar d’Educació

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