En un mundo cada vez más dominado por las pantallas y las actividades sedentarias, es fundamental recordar la importancia del juego al aire libre para el desarrollo físico, mental y emocional de los niños. Salir a jugar fuera no solo proporciona ejercicio físico, sino que también fomenta la creatividad, la imaginación y la interacción social.
La reciente publicación de ¡Sal a jugar! (Larousse), una guía de actividades y juegos al aire libre por parte de Clara Pons-Mesman llega como un recurso invaluable para padres, educadores y cuidadores que desean incentivar y enriquecer la experiencia de juego de los más pequeños. Como dice la autora «actualmente, la desconexión con la naturaleza de muchos niños es tal que cuando están en ella no saben qué hacer. Son frecuentes las quejas, el «me aburro», «cuando volvemos», etc. Además, los padres tampoco lo tenemos fácil para acompañar el tiempo al aire libre de nuestros hijos. El juego en espacios exteriores se ha vuelto, en algunos casos, tan poco común que los adultos no sabemos desenvolvernos adecuadamente en esas situaciones».
Beneficios del juego al aire libre
El juego al aire libre ofrece una amplia gama de beneficios que contribuyen al desarrollo integral de los niños. En primer lugar, proporciona una oportunidad invaluable para que los niños exploren su entorno natural, desarrollen un vínculo con la naturaleza y aprecien su belleza. Este contacto con el mundo exterior no solo fomenta un sentido de conexión con el medio ambiente, sino que también promueve hábitos saludables y un estilo de vida activo.
«Los niños están acostumbrados a pasar su tiempo libre mirando la televisión, jugando a videojuegos o, en cualquier caso, conectados a la tecnología. Las pantallas ofrecen multitud de estímulos, mientras que la naturaleza es pausada, tranquila, con colores y sonidos, por lo general, apacibles. Viniendo de este nivel de estimulación tan alto, es lógico, que la naturaleza pueda resultar poco emocionante para algunos niños. Sin embargo, solo hay que darle una oportunidad para descubrir todo lo que puede ofrecernos», señala Clara Pons-Mesman.
El juego al aire libre estimula la imaginación y la creatividad de los niños de maneras que los entornos interiores simplemente no pueden igualar. La naturaleza ofrece una infinita variedad de estímulos sensoriales, desde la textura del suelo hasta los sonidos de los pájaros y el aroma de las flores, que inspiran la creatividad y la exploración. Los niños pueden inventar juegos, construir fortalezas con palos y hojas, o simplemente dejar volar su imaginación mientras juegan en un entorno natural.
El juego al aire libre también fomenta la socialización y el desarrollo de habilidades sociales. Cuando los niños juegan al aire libre, tienen la oportunidad de interactuar con otros niños en un entorno abierto y sin restricciones. A través del juego colaborativo, aprenden a negociar, compartir y resolver conflictos de manera constructiva, habilidades que son esenciales para la vida en sociedad.
La guía de actividades de juegos en el exterior
Por este motivo, la reciente publicación de la guía de actividades y juegos al aire libre de Clara Pons-Mesman es un gran recurso para padres, educadores y cuidadores que desean fomentar el juego al aire libre de los niños. Esta guía ofrece una amplia variedad de actividades diseñadas para estimular la imaginación, promover la actividad física y fomentar la exploración del entorno natural.
Desde juegos clásicos como la búsqueda del tesoro y las carreras de sacos hasta actividades más creativas como la pintura con agua y la creación de mandalas naturales, la guía de Clara Pons-Mesman ofrece opciones para todos los gustos y edades. Además, proporciona consejos prácticos para aprovechar al máximo cada actividad, asegurando que tanto los niños como los adultos disfruten de una experiencia divertida y enriquecedora al aire libre.
En esta guía que recopila más de 50 juegos y actividades, podemos encontrar actividaes artísticas más allá de las 4 paredes, juegos con elementos de la naturaleza, juegos e ideas para conquistar la calle, y mucho más.
Además, los niños y sus padres, no solo encontrarán actividades para la playa, la piscina, el parque, la montaña, la calle… sino que también recuperarán todo el saber del juego perdido, es decir, aquellos juegos y sus canciones que se transmitían de generación en generación y que hoy están a punto de perderse en el olvido.
Marisol Nuevo Espín
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