Muchas son las extraescolares que puede realizar un niño. Desde las deportivas para ponerse en forma, hasta otras para ampliar su currículum académico como por ejemplo las clases de inglés. También existe un catálogo que potencian distintas habilidades en los más pequeños, es el caso de las clases musicales.
Aprender a tocar un instrumento musical significa fomentar, por un lado, el lado más creativo de los niños y por el otro potenciar distintas habilidades. Desde la motricidad fina hasta la coordinación entre extremidades y visión. Cada una de las opciones hacen que el niño trabaje en distintos campos, desde la fundación Understood se ofrece una lista para que los padres puedan elegir en función de las necesidades de los hijos.
Instrumentos y habilidades
¿Qué instrumentos elegir? Estas son las habilidades que cada uno de ellos potencian:
Familia de los violines. Potencian habilidades motoras finas al tener que sostener el arco con precisión y en ocasiones pulsar las cuerdas. Los dedos necesitan han colocados cuidadosamente para que las notas estén en tono. También se fomenta la capacidad llamada «integración bilateral» que permite el uso de ambos lados del cuerpo de manera coordinada.
Guitarras. Las guitarras acústicas requieren firmeza en el uso de los dedos. Los niños aprenden una gran coordinación entre sus ojos y sus extremidades al tener que estar atentos a los siguientes acodes.
Flauta dulce y clarinete. Fomentan la motricidad final hacer que los niños tengan que mover rápidamente los dedos para poder reproducir la nota correcta. Al mismo tiempo también hace que la coordinación se desarrolle al obligar a que los más pequeños respiren justo en el momento en el que tocan una nota.
Flauta transversa. Al igual que la flauta dulce, también se fomenta la coordinación entre la respiración y las extremidades. Los niños tienen que aprender a mover los dedos a lo largo del instrumento para poder dar con la nota acertada.
Saxofón. También fomenta la coordinación entre respiración y movimiento de los dedos. Una buena idea para poder desarrollar la capacidad pulmonar de los niños. El peso de este instrumento hace que se fomente la fuerza al tener que sostenerlo en el aire mientras se toca.
Piano. Tocar el piano requiere una total coordinación no solo entre la visión y una mano, sino entre ambas extremidades ya que se emplean al mismo tiempo para reproducir las melodías. Requiere moderada fuerza y resistencia del brazo para tocar las teclas, además de fuerza en el pie y la pierna para usar los pedales.
Percusión. No se requieren buenas habilidades motoras finas pero implica un ejercicio de coordinación mayor del que en primer momento. Hay que realizar la percusión en el momento adecuado y combinar los golpes.
Damian Montero
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