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Niños inseguros: síntomas y causas

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Algunos niños desarrollan durante su infancia ciertas inseguridades y complejos de inferioridad que les dificultan relacionarse normalmente con la gente que les rodea.
Algunos niños inseguros lo son porque tienen ciertos defectos reales o figurados; otros, porque se les exige tanto que acaban desconfiando de su propia valía personal. El problema es que el niño termina por sentirse inseguro e incompetente para afrontar numerosas situaciones de la vida diaria.

Niños inseguros: síntomas principales

Estos sentimientos de inseguridad emocional suelen ir acompañados de una serie de signos fácilmente identificables:

1. Búsqueda constante de atención. El chico intenta llamar la atención de los demás, con frecuencia por medio de conductas negativas.

2. Hipersensibilidad. No puede soportar las críticas o las comparaciones con los demás. Suele experimentar celos y siente envidia de sus hermanos y compañeros.

3. Perfeccionismo. Vive continuamente atemorizado de hacer las cosas mal, de no dar la talla.

4. Aislamiento. Rehuye las actividades de grupo y prefiere trabajar y jugar en solitario.

5. Compensación. Intenta esconder y compensar sus sentimientos de inferioridad desarrollando mucho algún aspecto de su persona para despertar la admiración de los demás: por ejemplo, sacando muy buenas notas, destacando en algún deporte…

6. Criticismo. Critica frecuentemente a cualquier persona y puede incluso llegar a vengar sus defectos en los demás avasallando a los que considera aún más inferiores que él.

Buscando las causas de la inseguridad en los niños



Aunque parezca mentira, el origen de la mayoría de estas inseguridades suelen tener carácter físico. A algunos niños les preocupa ser más gordito/a que sus amigos y a otros tener que llevar aparato en la boca.

Para otros niños, en cambio, sus temores se centran en su miopía, tartamudez, el incipiente acné que no son capaces de controlar… cualquiera de estos pequeños contratiempos pueden constituir el punto de partida de una falta de confianza en sí mismo o un complejo. En especial si los hermanos o compañeros se burlan o ríen con frecuencia por ello.

Los niños a estas edades son muy crueles y cualquier característica un poco extraña, como que el chico sea especialmente bajito o tenga un apellido raro, pueden servir para que se convierta en el blanco de las burlas de los demás, cuando lo que desean es sentirse aceptados. Dichas burlas suelen ir acompañadas de crueles «motes» de los que al niño le resulta difícil desprenderse. De hecho, en la mayoría de los casos, al final el chico termina por creerse que él es realmente así.

Niños inseguros: demasiadas exigencias

Otras veces podemos ser nosotros mismos los que generemos sin querer en nuestro hijo ciertas inseguridades al exigirle más de lo que puede dar. Cuando le pedimos demasiado, nunca estamos satisfechos de él y no logra jamás contentarnos, el chico acaba pensando que no vale para nada y que no le importa a nadie. Nuestra desaprobación, unida a su sentido de insatisfacción acaban convenciéndole de que es inferior a otros niños.

También es frecuente que algunos padres intenten proyectar en sus hijos sus propias ambiciones, intereses e ilusiones sin comprender que los chicos son diferentes, que tienen su propia personalidad y aptitudes.

El castigo frecuente, la sobreprotección, las comparaciones y el perfeccionismo paternos pueden dar lugar, asimismo, a este tipo de situaciones.

María Viejo
Asesora: Teresa Artola. Doctora en Psicología y Master en Educación Familiar.

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