¿Qué supone jugar para los niños? Desde luego que no solo diversión. Aunque no puede negarse que este sea un punto importante de estas actividades, cuando los pequeños participan en ellas fomentan otras áreas de sus vidas. Para empezar dejan volar su imaginación y se sumergen en mundos mágicos, por otro lado también aprenden a trabajar de acuerdo a unas normas y al mismo tiempo, si los padres se integran en estos momentos, el vínculo con sus hijos se fomenta.
De hecho, se recomienda que los padres participen en el juego de los hijos para que los más pequeños puedan beneficiarse de todas las ventajas que tiene esta implicación. Si quedasen dudas de los resultados positivos de estas prácticas, cuando los adultos son miembros de las mismas, un nuevo programa de crianza implantado en Jamaica destaca estos resultados positivos y anima a los mayores a ser parte de estos momentos tan especiales para los niños.
Beneficios a largo plazo
Este nuevo parte de la base de que un mejor nivel económico no siempre va aparejado a un mayor desarrollo cognitivo del niño. Si bien una fuerte de ingresos periódicos y seguros hace que los menores puedan acceder a mejores materiales, y esto se traduce en las condiciones en las que crece y aprende, hay algo que permite que estos pequeños pueden potenciar algunas de sus capacidades intelectuales: el juego.
Para demostrar cómo el juego puede desarrollar estas habilidades cognitivas, los responsables de este programa ejemplifican un estudio elaborado en el 2014 donde madres e hijos potenciaron su vínculo a través del fomento juegos en la primera infancia. Los resultados de estas iniciativas a lo largo del tiempo, 22 años después del comienzo, demostraron que estos niños desarrollaron un alto Coeficiente Intelectual y una reducción de conductas violentas.
Ante estos resultados, se sugiere la integración de esta atención a la primera infancia a través del juego. Una práctica que debe introducirse con otras como por ejemplo, vigilar el menú de los más pequeños para asegurar un correcto desarrollo nutricional. No hay que olvidar la importancia que tienen las familias en el desarrollo de todo niño, por ello invertir tiempo en los más pequeños de la casa puede suponer que a la larga los niños alcancen importantes resultados a nivel cognitivo.
Otros beneficios de jugar con los más pequeños
Este programa jamaicano de atención a la infancia no es el primero que incide en los beneficios de jugar junto a los más pequeños. Estos son otros resultados positivos que sugiere el Observatorio del Juego Infantil:
– Fomenta la autoestima. Con el juego compartido padres e hijos interactúan de un modo único, algo que les aporta seguridad.
– Estas actividades hacen vivir situaciones positivas de apego y seguridad, lo que facilita el intercambio de experiencias y le aporta tranquilidad
– Estimulan las habilidades sociales y emocionales. La familia es el primer entorno donde el niño desarrolla una imagen de sí mismo y del mundo en el que vive. Estas interacciones que se dan en el juego familiar mejoran las relaciones sociales y ayudan a explorar estas habilidades.
– Favorece el control emocional. Con estos juegos los niños aprenden a influir en otros y también a regular y controlar sus emociones. También empiezan a reconocer las señales afectivas y a interpretar las emociones ajenas.
– Fomenta la creatividad y el éxito escolar. El ambiente que se crea con el juego hace posible que el niño se relacione de una forma creativa con el mundo. Su imaginación se favorece y su capacidad de razonar.
– Jugar en familia ayuda a mejorar la competencia social.
– Favorece la atención del niño. La interacción con sus progenitores en el juego aumenta la capacidad de concentración del pequeño.
– Potencia la actividad infantil. Compartir tiempo de juego con los hijos convierte las experiencias pasivas en activas y placenteras y elimina los sentimientos negativos asociadas a las primeras.
– Promueve la felicidad infantil. De hecho, está demostrado que los padres que se implican bastante en el juego de sus hijos tienen muchas más probabilidades de criar niños felices.
Damián Montero
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