Los colores pueden influir en las funciones corporales, la mente, las emociones y en la conducta de las personas, pero tiene una mayor influencia en los niños, quienes son los mayores receptores de todos los estímulos exteriores.
Los estudios realizados demuestran claramente los beneficios de los colores en el entorno en lo que respecta al desarrollo del cerebro, la creatividad, la productividad y el aprendizaje. Es por esto que es necesario ser especialmente cuidadoso al diseñar los espacios para nuestros hijos, ya que todos los factores ambientales juegan un papel muy importante en su desarrollo.
El color es uno de los componentes más fuertes e importantes del diseño de interiores, ya que afecta también a la percepción de un espacio: grande, pequeño, frío, cálido… Dependiendo de la situación en la que se utilicen, los colores pueden dar lugar a efectos positivos o negativos ya que afectan a la capa externa del cerebro y también a todo el sistema nervioso central.
Cuando el color se transmite del ojo al cerebro, el cerebro libera una hormona que afecta las emociones, la claridad mental y los niveles de energía.
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Los colores. ¿Cómo utilizarlos en ambientes infantiles?
Rojo
Utilizaremos este color en aquellos lugares donde se necesita estimular la acción. Podemos usarlo en el rincón de juego, en el rincón de los disfraces… No es recomendable en habitaciones donde se duerme o se estudia y en niños hiperactivos o agresivos, ya que es muy llamativo e impide la concentración, sin embargo, es recomendable para niños con tendencias depresivas.
El rojo, se cree que es el color que primero que ven los niños y el primero que aprenden a decir, es por eso que los niños más pequeños suelen decir que es su color preferido.
Amarillo
El amarillo irradia calidez, alegría, entusiasmo, diversión e inspiración, es un color que estimula la actividad mental, por lo que se recomienda en niños con dificultad para concentrarse.
Utilizándolo en su tono pastel, es idóneo en la zona de estudio o en la zona de lectura ya que estimula la actividad mental. Sin embargo, su uso intenso puede provocar tensión e ira. Los estudios realizados revelan que el uso intenso del amarillo podría hacer que los bebés lloren más. Se podrían crear ambientes más tranquilos y pacíficos usando el amarillo en combinación con el azul y el verde en habitaciones para bebés.
El amarillo combinado con el blanco y el rosa transmite delicadeza, por lo que se usa mucho esta combinación en dormitorios infantiles. Sin embargo, si combinamos en un mismo ambiente el amarillo con el rojo y naranja transmite a los niños mucha energía y alegría, por lo que es muy idóneo en las zonas de juego activo.
Naranja
Este color combina los efectos del rojo y el amarillo: por una parte, aporta energía y por otra alegría. Es ideal para superar el cansancio. Irradia calor, aumenta el apetito y ayuda a levantarte temprano por las mañanas.
Si lo utilizamos, sin embargo en su tono claro o pastel expresa calidez y comunicación. Es el color perfecto para los ambientes de juego ya que ayuda a oxigenar el cerebro y así aumentar la sensación de fortaleza, además algunos estudios han demostrado que ambientes con este color pueden ayudar a mejorar el funcionamiento neuronal. Es ideal para usar en las habitaciones de niños introvertidos con problemas de socialización.
El naranja representa físicamente la confianza en uno mismo, la independencia y, hasta cierto punto, la competencia. Es un color que usado con moderación es muy beneficioso en los niños.
Verde
El verde es un color ideal para zonas donde queremos que los niños estén calmados. El verde relaja el sistema nervioso de los niños ya que produce calma, armonía y concentración.
Es un color que gusta tanto a niños como a niñas y además, es el color que simboliza la naturaleza y, como tal, se considera el color más natural, relajante, calmante y equilibrado.
Es ideal en la zona de descanso, cerca de la cama y en lugares de aprendizaje. Otros colores aportan concentración, pero el verde además lo hace a largo plazo.
El verde se puede utilizar tanto en habitaciones de bebés como en niños y adolescentes. El color verde tranquiliza y cómoda al sueño del bebé. Cuando el verde se usa con más matices de amarillo, aclara la mente y, por lo tanto, puede usarse en las habitaciones de los adolescentes para fomentar el buen estudio.
Azul
Es junto al verde un color importante para la calma y la relajación de los niños ya que reduce la temperatura corporal, la presión arterial y el pulso provocando así paz y sueño.
Es muy apropiado para el dormitorio, el uso del azul ayuda al bebé a dormirse de manera fácil y tranquila, y sobre todo, podemos utilizar el azul en la zona de lectura, ya que es un color que ayuda a mejorar la comprensión lectora.
Pero tampoco debemos abusar de este color, ya que si nos sobrepasamos en un ambiente con el color azul provoca frialdad y distanciamiento. Una habitación pintada de azul parece más espaciosa, pero también vacía y fría.
Violeta
Es un color importante en la meditación, la inspiración y la intuición. El violeta estimula la parte superior del cerebro y el sistema nervioso relacionados con la creatividad, la estética y la habilidad artística, por lo que es ideal utilizarlo en la zona de arte o manualidades.
Tanto el violeta como en su tono más oscuro, el morado, son recomendables en habitaciones para niños donde se hagan actividades creativas, así como en las habitaciones de adolescentes ya que ayuda a despertar la motivación.
Blanco
Este color transmite pureza, comienzo, perfección… Se puede utilizar en paredes, muebles o complementos. Además, es un acierto seguro para concentrarse puesto que transmite tranquilidad y pasividad. Es el color ideal para la mesa donde pintar o trabajar la creatividad.
Hay que tener cuidado con el minimalismo en espacios infantiles. Un ambiente excesivamente blanco provoca sensación de vacío y angustia en el niño.
Rosa
Es el color de la ilusión, lo que es un color ideal para cualquier ambiente infantil, rincón de juego, disfraces, música, pero es un color que está muy asociado con la feminidad por lo que muchas veces lo limitamos a espacios para niñas.
Pero debemos tener cuidado, ya que un espacio con demasiado rosa puede provocar agotamiento.
Negro
Este color influye negativamente en el sistema nervioso y emocional de los niños, ya que transmite oscuridad y temor, de manera que no es nada recomendable en ambientes para niños ya que tiene un efecto depresivo.
Es por ello que tenemos que tener mucho cuidado con las paredes de pizarra. Pintar un trozo de pared, un pequeño zócalo o un vinilo de pizarra está bien, pero toda una pared no es recomendable. Si nos gusta la idea de pintar toda una pared de pizarra, existen esmaltes de efecto pizarra en otros colores.
Gris
Es el color sin carácter, por eso lo hace ideal para combinar con los colores que si que lo tienen. Combina con casi todos los colores y es ideal como color base junto con el blanco. Hay que utilizarlo con moderación puesto que un exceso de gris en un ambiente infantil puede provocar tristeza, aburrimiento y sensación de soledad.
Marrón
Es un color asociado con la naturaleza y al universo. Es intenso, confiable, cálido y positivo.
Es un color muy positivo en la etapa adolescente, ya que desarrolla sentimientos de responsabilidad y protección. Al mismo tiempo da paz, serenidad y calma el ánimo de los adolescentes ayudándoles a centrarse en los estudios.
Marisa Ridaura. Arquitecto técnico y fundadora del estudio de interiorismo infantil Maloo-Studio
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