¿Qué padre no se ha sentido hablándole la pared? ¿Cuántas llamadas al orden han terminado por escaparse en el viento? Desde luego, que una escena muy habitual es la de ver a los hijos hacer justo lo contrario de lo que se les ha pedido. ¿Por qué no hacen caso? ¿Es que estamos ante un carácter rebelde, o son cosas de la edad? Y, lo que es más importante, ¿qué puede hacerse para contrarrestar esta situación?
Desde la Red por los Derechos Humanos de los Niños, Niñas y Adolescentes (REDHNNA) se ofrece un listado de posibilidades por las que esta rebeldía infantil ha podido surgir. Hay que tener en cuenta que la desobediencia se da en una interacción y, por tanto, el origen posiblemente no se encuentre solo en una de las dos partes, sino en el modo en el que cada una de ellas interactúa. Identificar los orígenes permitirá poner en marcha las soluciones correctas.
¿Por qué mi hijo no me hace caso?
Estos son algunos de los ejemplos que desde REDHNNA se brindan para identificar por qué los hijos no hacen casos a los padres:
– Órdenes confusas. Hay que tener muy claro cómo se le va a dar una orden al niño antes de hacerlo, asegurándose de que se emplean palabras adecuadas y que se es congruente con lo que se dicen. También se han de evitar las normas hipócritas, y mostrar un comportamiento distinto al que se le pide al hijo.
– No tener en cuenta la etapa de tu hijo. Nunca hay que olvidarse de que en cada fase los hijos tienen unas habilidades que correspondientes a la misma. Por ejemplo, hay edades en las que los hijos siguen las normas de una a una y, por tanto, habrá que ir paso a paso.
– No tener autoridad. A medida que los niños crecen empezarán a cuestionar el liderazgo, y órdenes de los más pequeños. Es necesario razonar y contestar más allá del «porque yo lo digo».
– No prestarle tiempo de calidad. Si hay algo que quieren los hijos es pasar tiempo con sus padres, y merecer su atención. Por ello, cuando no se sienten arropados, empezarán a reclamar lo que no tienen de distintos modos, entre los que por supuesto está el desafío a las normas.
¿Cómo reaccionar a la rebeldía infantil?
Estos son alguno consejos para responder cuando tu hijo no te hace caso:
– Preguntarle su opinión y escucharle. Cuando se observe un error, hay que preguntarle a los hijos si tiene ideas sobre cómo corregir su error. De esta forma, aprenderá que después de cometerlos, hay que pensar opciones para solucionarlo o actuar en consecuencia. Además, percibirá que su opinión es tenida en cuenta por sus padres, aunque se pueda equivocar como todos.
– Cuando tu hijo se comporta mal, tomarse un tiempo y actuar: Si los hijos no hacen caso, no queda otra que respirar hondo y tomarse un tiempo. Si el niño está enfadado, en ese momento no hará caso a nada, por esta razón, es mejor dejar que se tranquilice, poder hablar con él y que pueda expresarse adecuadamente.
– Consecuencias lógicas. Según la Academia Estadounidense de Psiquiatría de Niños y Adolescentes, las consecuencias lógicas son la respuesta más efectiva a la desobediencia. Las conductas inadecuadas, en este caso la desobediencia, deben tener consecuencias que se muestran inmediatamente, ya que de otra forma tu hijo no asociará las consecuencias con la desobediencia.
– Tiempo fuera. Muchos padres emplean el tiempo fuera como técnica de modificación de conducta cuando su hijo desobedece. Un niño de preescolar puede quedarse en una esquina y para un niño pequeño puede ser estar en un parque sin juguetes.
– Darle un tiempo. Tras empezar a realizar cambios en la forma de interacción con los hijos, debes tener paciencia. Los cambios en su comportamiento tardarán un tiempo.
Damián Montero
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