El descanso es muy importante para todos. A menudo se relaciona dormir con la noche y aunque es verdad que es cuando se pone el sol cuando más tiempo se pasa en este estado, hay otro momento del día en el que el cuerpo entra en estado de relax. La siesta, uno de los momentos que suele acompañar a las tardes de muchos y que aprovecha la situación en la que queda el cuerpo tras el almuerzo para poder dar una cabezada.
Sin embargo, no hay que tomar la siesta como un sinónimo del descanso nocturno. ¿Cómo aprovechar todos los beneficios que ofrece este momento tan especial para muchos? Desde la Asociación Española de Pediatría y Atención Primaria, AEPap, se ofrecen varios consejos con los que poder sacar el máximo partido.
La siesta es beneficiosa
¿Se recomienda dormir la siesta? La respuesta es sencilla, AEPap indica que sí. Desde este organismo se indica que existen varios estudios que recuerdan la importancia de que los más pequeños tengan este momento de descanso después de las comidas. Entre los resultados positivos de esta actividad cabe destacar:
– Ayuda a asimilar mejor los aprendizajes realizados durante el día.
– Ayuda a guardar información en la memoria a corto plazo. Deja la mente despejada para aprender nuevas cosas favoreciendo la realización de actividades como los deberes.
– Favorece el aprendizaje abstracto y el razonamiento lógico.
– La siesta reduce la hiperactividad, elimina la tensión y el cansancio acumulados durante la mañana.
– El descanso que proporciona ayuda a afrontar mejor las actividades de la tarde. Reactiva y agudiza la mente.
– Mejora la conducta del niño y su bienestar.
AEPap también destierra el mito de que la siesta es causante de insomnio en los más pequeños. De hecho, este organismo destaca que no apostar por esta actividad supone un menor descanso en los niños lo que conlleva una mayor irritabilidad que impida conciliar el sueño de forma correcta.
Consejos para la correcta siesta
Una vez conocidos los beneficios de la siesta para los más pequeños, existen algunos tips para conseguir aprovechar al máximo este momento del día:
– Rutinas de sueño. Al igual que con el descanso nocturno, apostar por rutinas de sueño en la siesta ayudará a que el niño entre en estado de relajación en determinados momentos del día favoreciendo esta práctica.
– Mantener el mismo horario. Siguiendo con la estela de la rutina de sueño, apostar por un mismo horario de siesta todos los días permitirá la creación de este hábito de descanso a largo plazo.
– Conocer los hábitos de las guarderías. Algunos colegios infantiles tienen unos horarios específicos de siesta para los más pequeños, conocerlos ayudará a que los padres puedan mantener estas rutinas los días que los niños no acudan a estos centros.
– No forzar si no quiere. Si el niño no quiere dormir siesta, es una mala idea forzarlo a ello. Hay que respetar la decisión de los más pequeños.
– No más de media hora de siesta. Si bien la siesta no es culpable del insomnio, demasiadas horas de esta práctica puede dificultar el descanso durante la noche. Media hora debe ser el máximo de tiempo que los niños dediquen a esta actividad.
Damián Montero
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