Es bastante probable que cualquier día que estemos por casa tranquilamente viendo la televisión, leyendo, cocinando o andando con la calle con nuestro hijo pequeño y nos suelte a bocajarro la pregunta “¿De dónde vienen los niños?”. Tenemos que estar preparados y con las respuestas previamente pensadas. Este momento no tiene porqué ser temido por nosotros ni nos puede pillar desprevenidos.
Experiencia de la sexualidad
Hay que tener en cuenta que los niños menores de 7 años son demasiado pequeños como para tener una experiencia de la sexualidad y no puede, por lo tanto, adivinar que el desarrollo de su cuerpo le capacitará para dar vida y entregarse en una relación amorosa. Por ello, los padres no podemos apoyarnos en esta experiencia al no existir todavía. Por otro lado, los niños perciben que los gestos de ternura en sus padres son buenos, que el cuerpo recibe y da amor y que eso hace feliz.
El niño adquiere experiencia principalmente por lo que ve, de ahí surgen sus preguntas si ve una embarazada por la calle, una foto, un anuncio… Si bien sus preguntas serán directas y sin tapujos, nosotros seremos cuidadosos con nuestras respuestas, poniendo mucho cariño y naturalidad.
Lenguaje apropiado para los niños
El lenguaje que empleamos es la clave para ayudar a nuestro hijo a resolver sus dudas. Para ello, tenemos que recurrir a la verdad y no contar fábulas al pequeño: llas cigüeñas y las adquisiciones en París resultan contraproducentes y además, supone mentir a nuestro hijo.
Es normal que queramos preservar su inocencia, pero no por ello hay que recurrir a cuentos que lo único que consiguen es que el niño se quede “en las nubes” y se lleve una sorpresa desconcertante cuando algún amiguito suyo del colegio le cuente la verdad. Nuestro hijo necesita respuestas reales, pero adaptadas a su capacidad de comprensión. El hecho de haber reflexionado previamente sobre lo que vamos a decir nos permitirá evitar la confusión en las respuestas, que pueden incomodar al niño y hacerle sentir que se ha metido en un tema tabú.
Posibles preguntas y respuestas
Es a partir de los 4 años, más o menos, cuando los niños nos empezarán a plantear preguntas en torno a la gestación y nacimiento de los bebés. Aquí ofrecemos algunas respuestas que servirán al niño para hacerse una idea de qué trata este maravilloso acontecimiento. Es información real, pero adaptada a su edad, y cuando vaya siendo más mayor, la irá completando y matizando con ayuda de sus padres.
– ¿De dónde vienen los niños?
Empleando un lenguaje simbólico, podemos contarle que “papá y mamá se han dado un abrazo muy fuerte, y que en ese abrazo, papá tenía una semillita que se ha unido a la otra que tenía mamá, y a partir de ahí crece el bebé”. Aún son muy pequeños como para hablarles con términos biológicos como “óvulo” o “espermatozoide”, muy complicados y confusos, por lo que estos conceptos los reduciremos a algo conocido por el niño: él sabe que de las semillas puede surgir vida, y por comparación, podemos usar este término para explicarles el desarrollo del bebé y cómo llega al vientre de la madre.
– ¿Y por dónde entra la semillita?
Le diremos que por el mismo sitio por dónde nace el bebé, un caminito hecho para él. Esta respuesta sigue la misma línea que la de la pregunta “¿Por dónde nace el bebé?”.
– ¿Cómo vive el bebé en la tripa de mamá?
El término biológico “útero” es inadecuado y no explica al niño nada de la realidad. Debemos trasmitirle que el bebé está calentito, cómodo y protegido por su madre. Un concepto conocido por él es el de “cuna”: podemos contarle que está en una cunita hecha al tamaño del bebé, donde duerme y está tranquilo. Es una explicación tan real cómo lógica, ya que el niño sabe que la cuna es un lugar previsto para los bebés. Es, por lo tanto, una palabra muy educativa que ayuda además a que el niño descubra hasta qué punto están bien instalados en el vientre de su madre.
– ¿Por dónde come el bebé?
Podemos explicarle que el bebé está unido a su madre a través del cordón umbilical, que es como un tubito a través del cual recibe el alimento que le da su mamá; algo así como cuando él toma bebidas con una pajita.
– ¿Y por dónde nace el bebé?
Le contaremos que la naturaleza lo ha previsto todo para el bebé y hay un caminito especial para él en el cuerpo de la mamá. Podemos decirle que este caminito se encuentra debajo de la tripa de la madre y que está reservado para que pase el bebé. Llegados a este punto, los niños pequeños suelen preguntar si es el mismo lugar que por donde se orina, es importante que les aclaremos que está en el mismo sitio, pero que es diferente.
– ¿Duele cuando nace?
Podemos decirle que un poco, pero explicarle que es igual que cuando vamos al dentista y nos ponen un “liquidito” en la encía para que no nos duela. A las mamás el médico también les pone una medicina para que casi no les duela nada.
Las preguntas en torno al nacimiento de los bebés pueden ser muchas y variadas, dependerá en gran medida de la curiosidad del niño. En cualquier caso, nuestro papel como educadores es estar preparados para cuando surjan estas dudas, no conviene retrasarse y ya desde que son muy pequeños conviene decirles que los bebés “nacen de la tripa de mamá”. Hay personas que consideran innecesario este tipo de educación, aduciendo que nadie les explicó nada y han sabido seguir adelante. Sin embargo, hablar a nuestros hijos del amor humano, la afectividad y la sexualidad es imprescindible para su completo y armónico desarrollo.
Teresa Pereda
Asesoramiento: Inès Pélissié du Rausas, autora del libro ¡Por favor, háblame del amor!
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