La adversidad, como el abuso, el abandono, pandemias, guerras, la pobreza, incluso acciones simples del día a día dañan a los niños. Pero las experiencias pueden generar resiliencia frente a la adversidad y promover un desarrollo positivo a pesar de las circunstancias.
Existen 7 experiencias o recursos probados por la investigación para contrarrestar el impacto de experiencias adversas. Significan que el desarrollo de un niño puede resultar mucho mejor de lo esperado frente a circunstancias difíciles a través de experiencias compensatorias.
7 experiencias compensatorias que fortalecen la resiliencia
Las experiencias compensatorias son acciones que se pueden implementar a lo largo de la vida que refuerzan a los niños contra la adversidad desarrollando resiliencia.
1. Recibir amor incondicional
Los niños no solo necesitan ser nutridos y amados, sino que el amor debe sentirse incondicional. Esto no significa que los niños nunca se metan en problemas o que los padres nunca se enfaden. El punto crucial es que haga lo que haga un niño, el padre permanece del lado del niño. Como bebé, significa que cuando lloras, obtienes una respuesta; tus padres te miran a los ojos y te aprecian, juegan y hablan contigo. Hay muchas maneras simples de expresar el amor incondicional, un abrazo fuerte, una mirada, palabras cariñosas, etc.
2. Tener un mejor amigo
Este tipo de amistad ofrece protección contra el rechazo de los compañeros, la intimidación y la victimización. Esto sucede no solo porque un niño tiene a alguien con quien hablar, sino porque ayuda al niño a aprender cómo lidiar con el conflicto y desarrollar una relación con el tiempo. Los niños tienen la sensación de estar acompañados y tienen a quién acudir.
3. Voluntariado
El voluntariado ayuda a los niños a conocer las necesidades de los demás y les da la oportunidad de ver un mundo fuera del propio. Cuando entienden que el ayudar se hace por ser empáticos y darle un significado mayor a nuestra vida a través de ser útiles para los que nos necesitan.
4. Ser parte de un grupo
Estar en un grupo les da a los niños un sentido de pertenencia fuera de la familia. Permite a los niños y adolescentes aprender sobre sí mismos en diferentes contextos y brinda oportunidades para la amistad y el liderazgo. Participar en clubes y deportes está relacionado con el bienestar psicológico y equilibrio integral en sus vidas.
5. Tener tiempo para el ocio
Ya sea tocar un instrumento, jugar en la naturaleza, bailar, estar en contacto con niños diferentes a los de su círculo habitual, leer, etc. No solo refuerza su autoestima, autonomía, autoconfianza, sino que estarán preparándose mucho mejor para la vida.
6. Hacer deporte
Ser físicamente activo ayuda a los niños a manejar los efectos fisiológicos del estrés en el cuerpo y mejora el estado de ánimo y la salud mental. Al hacerlo reduce su ansiedad y alivia el estrés.
7. Tener reglas y rutinas
La seguridad surge cuando los niños saben qué esperar y cuando los padres imparten reglas y límites claros. Los niños no pueden ser padres por sí mismos; necesitan soporte, consistencia y participación de los padres. En la primera infancia, esto significa que los padres deben establecer y hacer cumplir la hora de acostarse y otras rutinas, redirigir a los niños cuando se portan mal y, a medida que los niños crecen, explicar los efectos de su comportamiento en los demás.
En resumen, estas experiencias compensatorias no solo les ayuda a desarrollar su resiliencia sino que también repercute positivamente en sus vidas creando sociedades sostenibles y con mayor bienestar integral.
Gabriela García González. Autora del libro El Poder de Tu Resiliencia y de La Mejor Coach para tus Hijos ¡eres tú! es una referente del Coaching para Niños y el Empoderamiento infantil y Femenino. Educadora, Experta en Desarrollo Personal integral, Conferencista internacional y Formadora de Emprendimientos desde el Ser para mujeres.
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