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¿Existe relación entre los videojuegos y la inadaptación escolar?

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El abuso de videojuegos puede influir negativamente en el desarrollo social de los más pequeños.
El abuso de videojuegos puede influir negativamente en el desarrollo social de los más pequeños. – ISTOCK

Las nuevas tecnologías han traído formas de ocio electrónico que ocupan el tiempo libre de pequeños y grandes en la casa. Muchos son los videojuegos que ocupan la oferta de los aficionados a este mundo digital. Pero, ¿existen más consecuencias que la diversión tras el uso de estos artículos? A esta pregunta han querido contestar el equipo de investigadores de la Universidad CEU Cardenal Herrera.

Una respuesta que ofrecen a través de una investigación en la que han querido analizar el vínculo entre la adicción a los videojuegos y la inadaptación escolar. Y es que, al igual que sucede con otras tecnologías, el abuso de esta fórmula de ocio digital, puede derivar en graves problemas que lastren la vida de sus usuarios en distintos ámbitos de su vida.

Un ocio que se practica a diario

Según los datos que ofrecen los responsables de esta investigación, se estima que entre el 9 y el 23% de los adolescentes españoles usa videojuegos a diario. Una práctica que si bien a priori no entraña problemas, puede generar una dependencia psicológica, es decir, cuando conduce a comportamientos de evasión de los reveses de su vida diaria, cambios de humor, pérdida de autocontrol o falta de atención.

Otros estudios ya se han realizado para analizar la relación de la adicción a los videojuegos con problemas de ansiedad, depresión y baja autoestima, pero también con los malos resultados académicos. Por ello, tal y como indica Gonzalo Haro, profesor de este centro y uno de los investigadores de este trabajo, se ha conformado un grupo con «un total de 64 adolescentes de entre 14 y 17 años de un instituto de Castellón. El objetivo ha sido evaluar las dimensiones psicopatológicas y adaptativas de su conducta en relación con su grado de uso de videojuegos, empleando diversos test validados internacionalmente».

El 11,9% de los estudiantes castellonenses participantes en este estudio ha presentado un uso problemático de los videojuegos. Y este mismo grupo ha sido el que tenía una actitud negativa más alta hacia la escuela y hacia los profesores. También una mayor inadaptación escolar, en comparación con el 88,1% restante, que no presentaba problemas con el uso de los videojuegos.

«En nuestra muestra, estas situaciones de actitud negativa y mala adaptación escolar han sido más relevantes que la depresión, la ansiedad o la baja autoestima, registradas en otros estudios sobre adolescentes con adicción a los videojuegos», señala la profesora Mabel Marí, del Departamento de Ciencias de la Educación de la CEU UCH.

Consejos para un buen uso de videojuegos

Al igual que ocurre con otras tecnologías, el uso de los videojuegos está extendido entre las nuevas tecnologías. Y, si bien puede tener beneficios, también es posible que generen problemas si no se establecen normas de uso como las siguientes:

Informarse del contenido del videojuego. Para poder identificar el juego adecuado para cada persona y edad existen multitud de medios, servicios y profesionales. La información paneuropea sobre videojuegos (PEGI) o el Entertainment Software Rating Board (ESRB) ayudan a determinar la edad mínima recomendada, y también especifican a través de iconos descriptores el tipo de contenido.

Elegir videojuegos que estimulen la creatividad o fomenten la lectura. Un videojuego no debe ser considerado como una herramienta para alcanzar la diversión, también debe ser un producto que asegure algunos beneficios a los más pequeños.

Videojuegos en familia. Los videojuegos no deben ser una actividad que se disfrute a solas. Los más pequeños pueden compartir estos momentos con sus padres, hermanos, etc. Un tiempo para pasarlo bien de forma conjunta.

Consola en un lugar visible. Para una mejor supervisión, hay que explorar las opciones de conectar los dispositivos a la televisión del salón. Una videoconsola puede seguir siendo un buen recurso para compartir. Poder ver a qué juegan y cómo posibilitará proporcionarles un contexto cuando sea necesario, y estar al lado facilitará que puedan preguntar acerca de aquello que estén viviendo por primera vez a través de ciertos videojuegos.

Experiencia en compañía. Tras una selección a conciencia, no hay mejor verificación que la satisfacción práctica. Interesarse por los juegos, los progresos, cómo son vividos y qué están aportando resulta muy positivo; sobre todo si se trata de un juego online, en cuyo caso se podría tratar como si estuviera practicando un deporte.

También hay que descansar. Los padres deben establecer reglas frente al juego excesivo y facilita su cumplimiento con alternativas atractivas. Fomenta que jueguen en una postura adecuada para evitar molestias, que no fuercen la vista y que descansen con frecuencia.

Damián Montero

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