Junto con la familia, el grupo de amigos es otro de los entornos que más influyen en los hijos. El tiempo que se pasa con ellos también tiene efecto en el desarrollo de los niños. Sin embargo, en ocasiones, por querer encajar dentro de este círculo, muchos pequeños terminan por dejarse llevar por otros puntos de vista, incluso cuando saben que esto puede tener efectos negativos.
Casi siempre, el origen de esta manipulación está el miedo a perder este círculo de amigos, o una baja autoestima que hace que se piense que el propio punto de vista es equivocado. A los padres les toca criar a sus hijos para que tengan una personalidad fuerte y sepan cuándo están recibiendo una influencia negativa por parte de su entorno más cercano de conocidos.
Cómo evitar que tus hijos sean manipulados
El primer paso para evitar que tus hijos sean manipulados por sus amigos es fortalecer su personalidad. En este punto es imprescindible saber cómo son ellos. Si se conocen los rasgos de los niños, se podrá trabajar en destacar los puntos más fuertes. De esta forma, se potenciará su autoestima y será más fácil que confíen en su criterio en lugar de las de los demás.
También es importante enseñarle la importancia de la negociación, frente a la imposición. Es decir, a saber cómo plantear en su grupo de amigos su propio punto de vista, en lugar de dejarse llevar por el criterio de los demás. En este punto es imprescindible que sepan decir que «no» cuando algo no les gusta. Para ello es importante que cuenten con una buena base de valores con los que guiarse.
También es importante empezar a trabajar en casa y hacer que los hijos sean autónomos. No hay que ser padres sobreprotectores y siempre sean ellos quienes decidan. A la hora de elegir aspectos importantes, como dónde se va de vacaciones, o qué película ver en el cine, hay que dejarles que ellos también digan los que les apetece y que su opinión también tenga importancia.
Técnicas para trabajar en casa una personalidad fuerte
Estos son otros consejos para trabajar en una personalidad fuerte en los más pequeños:
– Nunca usar la manipulación para que los hijos hagan lo que los padres quieran, es mejor negociar en lugar de imponer con esta técnica.
– Enseñar a asumir errores para que puedan esforzarse por mejorar. Que vean que fallar no es horrible, y que se debe evitar (incluso renunciando al propio criterio), sino una oportunidad para crecer.
– Practicar la reflexión. Los niños deben saber cómo mantener debates internos y reflexionar sobre si se está obrando mal. Así se aprenderá a decir que no frente a actitudes de manipulación que puedan tener efectos negativos.
Damián Montero
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