Comienza el curso escolar, toca de nuevo ponerse a afrontar responsabilidades. Estudiar para los exámenes, hacer frente a las tareas que manden los profesores y cumplir con los trabajos. Si bien debe haber momentos para el descanso, la concentración mientras se cumple con estas labores debe ponerse toda la atención posible y evitar distracciones.
La atención debe ser máxima, en especial, en los inicios del curso escolar. Tras un verano de diversión, los primeros días pueden hacerse cuesta arriba y la mente se puede distraer con facilidad. Por ello, en estas jornadas iniciales es importante saber cómo hacer que la concentración del estudiante se centre en sus obligaciones y no se evada, haciendo que el ritmo sea más difícil de seguir.
Ambiente de estudio
La habitación donde estudia el niño ha de ser propicia para este fin. Una mesa, buena iluminación y el material escolar necesario para cumplir con las obligaciones. Elementos como smartphone, videoconsolas o reproductores de música deben estar vetados con el fin de que puedan acaparar la atención de los más pequeños mientras cumplen con sus responsabilidades.
Crear un ambiente de estudio no solo debe centrarse en el espacio físico donde tienen lugar las responsabilidades. Los padres también deben motivar a sus hijos de cara al inicio del curso escolar. Para ello no es recomendable esperar a que empiece el año académico para recuperar el ritmo. Antes de que terminen las vacaciones, los progenitores deben proponer a sus hijos varias tareas de repaso. De esta forma los niños irán abandonado la mentalidad de ocio por la que deben tener durante este periodo de estudio.
Por su parte, los padres deben respetar los horarios de estudio de sus hijos e interrumpirlos lo menos posible. Al pasar cerca de sus habitaciones, el ruido debe ser mínimo y siempre respetar estos momentos de tranquilidad y concentración. Salvo caso de extrema urgencia, o de detectar posibles distracciones, los progenitores deben mantenerse al margen de estas ubicaciones.
Atención en el aula
Si bien el trabajo para mantener la concentración comienza en casa, la verdadera prueba es en clase. En estos momentos es donde el alumno debe poner toda su atención en las lecciones, base de toda enseñanza. Estas son algunas claves para que los padres puedan ayudar a sus hijos en esta misión:
– Hablar sobre las normas. Antes de poner un pie en el colegio, los padres deben recordar las normas básicas de convivencia y asegurarse de que ningún elemento de distracción acompaña a sus hijos al centro escolar. Los smartphones deben quedarse en casa salvo caso de urgencia, así como videoconsolas portátiles o cualquier otro elemento que pueda ser objeto de la atención del alumno.
– Los beneficios de la rutina. Los horarios en verano pueden hacer que los más pequeños se pierdan en sus responsabilidades. Las rutinas son una gran idea a la hora de afianzar la concentración. Hacer que el niño entre dentro de unas pautas específicas favorecerá que sepa en qué momentos debe atender y en cuáles no.
– Desayunar siempre. La primera comida del día es la que concede los nutrientes necesarios para las primeras horas de la mañana. Respetar este momento se traduce en pilas cargadas y una buena concentración en el aula. Mantener esta rutina en la mesa durante el verano es una gran idea.
– Motivación. Antes de salir al colegio, los niños deben tener clara una motivación para poder cumplir con sus obligaciones en el centro. Ya sea el cumplir con sus metas académicas o el hecho de poder afrontar un verano sin sobresaltos por culpa de los suspensos, los más pequeños deben tener en cuenta estos aspectos.
Damián Montero
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