Qué horrible sensación deja el fracaso. Ver que no se es capaz de algo hace que cualquiera piense que es inútil para esta tarea, o cualquier otro cometido. Un sentimiento difícil de eliminar en los más pequeños, quienes realizan por primera vez muchas actividades con las que descubren sus límites. Nadie es perfecto por lo que no todos serán igual de eficaces para el mismo objetivo.
Además, también se deben tener en cuenta las dificultades y la necesidad de aplicar más esfuerzo para conseguir su misión. Por ello, los padres deben hablar con sus hijos para evitar el sentimiento de inutilidad. Una forma de mantener motivados a los más pequeños para animarlos a volver a intentarlo a pesar de las trabas que puedan aparecer mientras se prueba.
Entender las dificultades
Amanda Morin, autora de The Everything Parent’s Guide to Special Education explica que el primer paso para encontrar la solución es hacer entender a su hijo las dificultades que presenta y hacerles entender que esto no los hace peores, sino que simplemente se precisa más esfuerzo. Hay que cuidar el tono y el modo de este diálogo para que el pequeño no crea que se le está regañando.
La primera conversación ha de ser un el comienzo. Con el tiempo, esta conversación debe profundizar en estas dificultades y hacer entender al niño que hay que trabajar por solucionarlas, no hundirse por ellas. Debe existir un diálogo continuo y abierto en donde se desarrolle confianza y la autoestima.
En estas conversaciones los padres deben emplear términos que el niño comprenda y no profundizar en tecnicismos que abrumen al pequeño, hundiéndolo todavía más por no entender lo que se les está contando. También se les debe hacer ver que todos tenemos limitaciones, un buen método para ello es explicar las que tienen los mismos progenitores para entiendan que hasta la figura en quien tanto se fijan, tampoco son perfectos.
Permitirles hablar
En estas conversaciones los padres deben permitir que sus hijos se desahoguen y puedan compartir sus sentimientos. ¿Qué les afecta? ¿Cómo se sienten por tener estas limitaciones? Una vez entendida la visión que tienen los niños, los padres pueden probar a poner ejemplos de casos en los que los más pequeños hayan tenido éxito para animarlos para seguir trabajando con el fin de conseguir el mismo objetivo.
Otro aspecto importante es que los hijos entiendan que cuando se sientan mal por no conseguir sus objetivos, pueden acudir a sus padres para desahogarse en este sentido. Los progenitores han de estar siempre dispuestos para escuchar estas preocupaciones y poder compartirlas con ellos. Por supuesto, han de ser honestos y no actuar como si no ocurriera nada, sino conseguir que las acepten y trabajen por mejorarlas.
Damián Montero
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