Cuando nuestro hijo comete un error debemos hacérselo saber para que pueda darse cuenta y quizás evite volver a cometerlo. No podemos juzgarle por ello. Es importante explicarle bien el porqué no debe comportarse así y, a su vez, decirle cómo debe actuar para que en la siguiente ocasión lo haga correctamente.
Es necesario exigirle con cariño y darle la seguridad de que le queremos igual, independientemente de cómo se haya comportado. Tampoco debemos temer reñirle ni pensar que le vamos a frustrar. No les frustramos con un NO, y el no hacerlo le puede perjudicar.
Lo importante en todo el proceso de crecimiento de nuestros hijos es que le demos la posibilidad de ser, de sentirse bien consigo mismo contando en todo momento con nuestro afecto, cariño, valoración de sus cualidades y apoyándole cuando algo va mal. Para eso, es necesario conocerle cada día favoreciendo los encuentros, las conversaciones y el contacto físico.
5 errores que debilitan la autoestima de nuestro hijo
1. Reñirle constantemente llamándole la atención y resaltando las conductas negativas: nos pasamos el día diciéndole «no» (no digas eso, no hagas, no pongas…), riñéndole y remarcando lo que no debe o sabe hacer.
2. Juzgar las acciones del niño y etiquetarle: el que diga una mentira no significa que sean mentiroso, el que le cueste hacer un ejercicio físico no le convierte en patoso, si algo le da pereza, no por eso es perezoso…
3. Tacharle ante un pequeño error: en muchos momentos cometerá errores, pero no hay que olvidar que está aprendiendo y descubriendo la vida. Hay que darle la oportunidad de que lo pueda volver a intentar y lograr.
4. No confiar en él y en sus capacidades, no considerándole capaz de hacer una acción de manera positiva: para hacerle fuerte y seguro, debemos confiar en que va a ser capaz. No hay fuerza más intensa para lograr algo que el que los demás te consideren capaz de hacerlo.
5. Hacerle chantaje emocional: nuestros sentimientos hacia él no cambian por el modo en el que haga las cosas pero, en ocasiones, se le hace ver que es así. No le podemos enseñar que les queremos más o menos por cómo se comporta. Nuestro amor es incondicional y eso es lo que más seguridad le dará.
¡Sube la autoestima a tus hijos! Pon en marcha estos consejos
– Interésate por sus pequeños logros, huye de la alabanza mecánica y pierde un par de minutos en elogiar ese primer garabato que os enseña justo cuando más cansados estáis.
– Vigila tu cansancio o tu enfado, para que no se nos escape alguna que otra amonestación.
– Intenta mantener el respeto al carácter de nuestro hijo, y plantéate periódicamente si las expectativas que hemos depositado en él son justas, razonables y equilibradas.
– Evita el exceso de protección sobre el niño e intenta intervenir en sus andanzas sólo cuando haya algún peligro real.
– Proponle metas que sea capaz de obtener y saca siempre la parte positiva de su intervención, aunque la negativa fuera mucho más importante.
– Pídele su opinión en temas cotidianos como dónde ir de paseo, qué postre preparar, etc. Esto le hará sentirse importante y autovalorarse.
– No recurras nunca a las comparaciones para reprenderle o hacerle ver cómo ha de portarse. No es bueno para ninguno de los dos niños, y siempre hay uno que sale perdiendo.
Educar a nuestros hijos es una labor a largo plazo. Nutrir la autoestima de tus hijos puede parecer un gran reto que requiere dedicación para conseguirlo, pero la buena noticia es que lo normal es que sus niveles de autoestima suban y bajen de manera cícilca, ¡y es algo que nos sucede a todos, incluso a los adultos más seguros de sí mismos!
Marisol Nuevo Espín
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