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Enuresis nocturna: aún moja la cama

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María tiene cinco años y medio. Es la tercera de cuatro hermanos y todo el mundo la considera una niña muy inteligente y despierta. Sus padres, Alicia y José no tienen más que una queja de ella: no consiguen que deje de hacerse pis en la cama. Aunque el pediatra no le da excesiva importancia al problema y les asegura, una y otra vez, que en unos años la niña dejará de sufrir estas pérdidas, ellos continúan un poco preocupados.

Desde hace un tiempo han probado a reducir la ingestión de líquidos antes de acostarse, pero tampoco ha dado resultado. Finalmente han optado por despertarla a mitad de la noche para ponerla a hacer pis. El pasado verano todos sus hermanos fueron a un campamento pero ella se negó a ir. Sus padres sospechan que tenía miedo a hacerse pis en la cama.

Las cifras de la enuresis nocturna

«Mojar la cama por la noche» a una edad en la que cabría esperar que ya se hubiera establecido el control se denomina en términos médicos como «Eneuresis nocturna». El control de la orina nocturna requiere una apropiada maduración neuromuscular y se calcula que alrededor de un 70% de los niños de 4 años ya son capaces de establecer dicho control durante la noche.

Aproximadamente un 10% de los niños de 5 años, un 3% de los de 12 y un 1% de los adolescentes presentan este trastorno.

Curiosamente, este tipo de procesos son más frecuentes en niños que en niñas.

Médicamente no es posible hablar de enuresis si este fenómeno se presenta de forma esporádica. Para alcanzar esta consideración en niños de 5 a 6 años deben aparecer al menos dos episodios al mes.

El proceso del control de la vejiga

Para que un niño pueda controlar su vejiga deben darse al menos dos pasos: primero debe sentir la presión como consecuencia de que su vejiga se encuentra llena. Más tarde, debe sentir la necesidad de realizar pis.

Evidentemente, por la noche las cosas suelen complicarse. Su sistema debe ser capaz de responder mientras duerme, de forma que al sentir la presión de los músculos se despierte y decida llamar a su madre/padre o acudir al cuarto de baño por su cuenta. Si la presión es lo suficientemente intensa el niño se despertará, satifacerá sus necesidades no tardando en dormirse tranquilamente.

¿Por qué les cuesta dejar de hacerse pis?

Las causas que originan la enuresis pueden ser múltiples. En primer lugar conviene diferenciar entre aquellos casos en los que nunca hubo un control de la orina (eneuresis primaria) y aquellos otros en los que tras un periodo libre del problema, al menos de entre seis meses y un año, vuelve a aparecer otra vez (eneuresis secundaria).

Si se trata de una eneuresis secundaria cabría sospechar que la causa sea más bien de tipo psicológico: celos, ansiedad… En el caso de la enuresis primaria siempre hay que intentar descartar las causas de tipo orgánico, aunque éstas sólo suelen producirse en un 1 ó 2% de los casos. Esto es lo que ocurre, precisamente, con los niños diabéticos, que precisan una mayor ingestión de líquidos, pueden ser más propensos a padecer este trastorno.Igualmente las infecciones urinarias pueden predisponer a la eneuresis. Otro motivo pueden ser ciertos retrasos en la maduración del niño que suelen repercutir en el control de la orina.

Enuresis nocturna: factores genéticos

Los factores genéticos parecen tener, asimismo, una cierta incidencia. Así, suele ocurrir frecuentemente que los padres de niños eneuréticos presentaran en su niñez este mismo problema. El retraso en el desarrollo de la musculatura de la vejiga y en la maduración de los mecanismos neuromusculares que regulan la continencia puede ser otro de los factores que más predisponen a los escapes nocturnos.

Hoy en día, muchos especialistas han llegado a la conclusión de que en algunos casos la eneuresis podría estar relacionada igualmente con ciertos trastornos del sueño. Así, se ha comprobado que algunos niños presentan contracciones involuntarias del músculo de la vejiga durante el sueño.

El apoyo de los padres ayuda… y mucho

No le riñamos ni le castiguemos cuando no consiga controlarse. Él no tiene la culpa, por lo que no debe ser objeto de enfados ni regañinas. Procuremos tratarle con cariño y paciencia sin darle demasiada importancia.

Cuando consiga mantenerse seco, elogiémosle y mostremos mucha alegría. 

Asi mismo, debemos procurar disminuir en lo posible la preocupación y tensión del niño y conseguir hacer del momento de acostarse un instante agradable.

Para conseguirlo podemos recurrir a la música clásica al apagar la luz, en especial Vivaldi y Mozart. Gracias a estas piezas musicales le ayudaremos a relajarse y se dormirá mejor, al tiempo de que comenzamos a educar su oído. Lo importante, en cualquier caso, es que en casa reine un ambiente de absoluta normalidad. Si hacemos un drama cada vez que el niño tiene un escape no estaremos haciendo más que empeorar la situación.

Podemos hablar con sus hermanos mayores haciéndoles ver que si realmente desean ayudar a su hermano, no es bueno que se pasen el día gastándole bromas al respecto. A partir de ahora debemos intentar que no sólo resten importancia a estos episodios sino que le feliciten cada vez que se levanta seco.

Por otro lado, pensemos que el exceso de protección por parte de los padres puede ser también causa de eneuresis. En ocasiones, sin darnos cuenta no permitimos a nuestro hijos ser lo suficientemente autónomos por lo que no se sienten animados a tomar el control de sus funciones orgánicas. Intentemos no protegerle en exceso a la vez que le animamos a ser cada vez más independientes.

…Y si continúa haciéndose pis en la cama

La primera recomendación es llevarle al pediatra para que le haga un examen urológico y neurológico por si pudiera existir una enfermedad de base que esté condicionando el problema. Esta será la mejor forma de descartar un posible origen de tipo físico.

Como rutina procura que el niño beba con cierta frecuencia durante el día, a la vez que reducimos los líquidos a medida que se acerca la noche. Cuanto más líquido tome, especialmente por la mañana y por la tarde más pipí producirá y la cantidad de orina facilitará la dilatación de la vejiga. En cambio, no debería beber más de medio vaso de agua a partir de las dos horas antes de acostarse.

Ensaya con él a modo de juego las destrezas de vestirse y desnudarse para ir al lavabo. Si nuestro pequeño va a la cama «embutido» en un cubre pijamas, lo tendrá más difícil para llegar al baño.Y por último, elogiémosle y premiémosle cuando se levante seco. De esta forma se sentirá reforzado y deseará seguir esforzándose en no mojarse por la noche.

Marisol Nuevo Espín

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