El desarrollo de un niño no es un proceso lineal, pero sí que hay una serie de etapas que no conviene saltarse. En algunas ocasiones se puede observar cómo el hijo muestra comportamientos atípicos a su edad, y esto no es algo fruto de una mayor madurez. Dichos contextos son más bien una intención por abandonar el momento en el que se encuentran.
Tal y como indican desde Salud Mapfre existe una tendencia a que lo niños abandonen sus juguetes y sus comportamientos para ser adultos. En estos casos parece que la infancia se acorta y se adelanta la pubertad. Algo que rompe con el proceso evolutivo habitual y que se relaciona con los mensajes que se reciben desde la televisión y su grupo de amigos.
El origen de estos comportamientos
¿Por qué de repente algunos niños se comportan como adultos? Hay que aprender a distinguir entre los juegos de roles en donde un pequeño trata de ejercer el papel de una persona mayor. Pero en algunos momentos el fin de estas conductas no es la de pasarlo bien, sino para gustar en su entorno más cercano. Una presión que puede originarse desde distintos focos:
– El grupo de amigos que presiona al niño para que tengan diversos comportamientos.
– Series, moda, publicidad. Continuamente los medios de comunicación tienen una gran influencia en los pequeños para que aceleren este proceso y se vean adultos antes de tiempo.
Hay que tener en cuenta que crecer antes de tiempo no es positivo para los niños ya que no están preparados para estas etapas, al no contar con la madurez necesaria. Así, muchos pequeños comienzan a comportarse como adultos, dejando a un lado sus juguetes por otras actividades, o manifestar opiniones, o intenciones, propios de la adolescencia.
La primera consecuencia de esta evolución temprana es la finalización rápida de la etapa infantil, sin haberla concluido como corresponde. Esto tiene efectos negativos en el lógico desarrollo de los niños ya que, como se ha dicho, no están preparados para vivir y actuar como adultos, sin contar con la base mínima y que les permite tener los cimientos de su propia identidad.
¿Cómo deben actuar los padres?
Si se empiezan a advertir algunos comportamientos adultos en los más pequeños, los padres deben reaccionar al comportamiento así:
– Ser conscientes del tiempo que supone la infancia y de que se trata de una etapa única e irrepetible que debe ser completada y atendida.
– Potenciar el carácter lúdico de la infancia con juegos adecuados para cada edad, lo que favorecerá la creatividad y la imaginación en los niños, en lugar de darles acceso temprano a estos comportamientos.
– Tratar a los niños como tales, respetando su naturaleza e inocencia, nunca creer que son iguales y proponiéndoles temas propios de la vida adulta, o haciéndoles protagonistas de decisiones que no les incumben.
– No facilitarles la posibilidad de actividades propias de otras etapas evolutivas del niño.
– Saber qué series ven, qué libros leen, o qué contenidos consumen en internet.
– Desarrollar experiencias positivas en familia, así como una buena comunicación y complicidad con los más pequeños de la casa. De esta forma, los miembros del hogar no tendrán necesidades que cubrir con sus grupos de amigos.
Damián Montero
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