Los enfados de los niños suelen manifestarse con un estallido de ira y rabia, generalmente en forma de rabietas. En ocasiones, la conducta de los niños puede estar fuera de control por culpa de su enfado y la actitud de los padres a la hora de reconducir esta situación de manera positiva tiene un gran valor.
Conservar la calma, actuar con paciencia y no darse por vencido o terminar por darle al niño lo que quiere es fundamental para evitar que los enfados de los niños se repitan por sistema. Debemos entender que cuando los niños tienen explosiones emocionales regularmente es un síntoma de que están afligidos. En ese caso, es necesario encontrar las causas y si es preciso contar con la ayuda de un especialista.
¿Qué necesita un niño cuando está enfadado?
Un niño con mal genio o carácter necesita atención y cariño por parte de los padres para cambiar su conducta, pero por supuesto, no podemos dejar de lado la autoridad. Si nuestro hijo, en un enfado de los suyos, nos llama con algún taco o nos llega incluso a pegar, no debemos dejarlo pasar y aplicarle el castigo adecuado.
El niño tiene que saber que no puede faltar al respeto a sus padres, hay que demostrar autoridad, aunque haya gente delante. Si no es así, se está entonces preparando un adolescente descarado, maleducado, cuando llegue al colegio es probable que falte al respeto a sus profesores y hará lo que le venga en gana.
El enfado es la consecuencia de que algo le pasa, es su forma de decirnos que algo le va mal. Conviene dedicar tiempo al niño para hablar con él y saber qué le ocurre. La cercanía de los padres es fundamental para fomentar la confianza entre nosotros y nuestro hijo, así el niño no tendrá miedo a abrirnos su corazón y contar qué le pasa. Esto ayudará a resolver futuros problemas, ya que no se los guardará para sí.
No escatimemos en muestras de cariño hacia él: digámosle lo mucho que le queremos y démosle besos y abrazos, aunque no en el momento de su mal comportamiento. Hay que demostrar interés por sus actividades e invertir tiempo para hablar con él y reírnos en su compañía. Poniendo mucho cariño y buen humor, conseguiremos darle a nuestro hijo la serenidad que necesita y haremos de él una persona estable y optimista en el futuro.
5 claves para actuar cuando los niños están enfadados
Es fundamental que los padres tengamos entereza durante los enfados de los niños para guiarles con calma y paciencia. Para ello, no desprecies ninguna palabra o conducta del niño, al contrario intenta acogerle y darle confianza. Cuando el momento de la explosión emocional haya pasado, habrá tiempo para hablar de lo sucedido y corregirle si es preciso.
1. Ante un enfado del niño es mejor no reprenderle en el momento sino esperar a que se calme y, en privado, hablar con él sobre lo sucedido.
2. Cuando nuestros hijos se enfurruñan, automáticamente se les cierran los circuitos cerebrales, sobre todo si son niños con mucho carácter y de temperamento fuerte.
3. Es bueno recordar que temperamento y carácter son distintos: el temperamento se hereda, el carácter se forma.
4. No se trata de machacarle por su mala actitud, sino de reconducir ese valioso genio y educar su carácter hacia un automodelado para que sepa controlar sus sentimientos.
5. El dominio de sí mismo es fundamental para gobernar sus impulsos en el futuro y saber tomar decisiones importantes de forma razonada.
Marisol Nuevo Espín
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