¿Cómo es posible que en tan solo tres años los niños sean capaces de pasar de casi no saber coger un lápiz a poder trazar de memoria todas las letras y todos los números? Así empiezan a escribir los niños y pasan de los palotes a las letras.
Tanto padres como maestros nos asombramos ante la maravillosa evolución de nuestros hijos y alumnos desde que inician el ciclo de Infantil hasta que llegan a Primaria. Parece milagroso, pero no lo es. Es un metódico y concienzudo proceso el que les lleva a desarrollar las destrezas necesarias que les harán ser capaces de iniciarse en el arte de la escritura. Lo desentraña la profesora María Galvache.
Cuando con dos o tres años los niños afrontan su primer día de colegio en Educación Infantil, parece imposible que solo tres cursos después sean capaces de escribir con soltura. Detrás de ese camino maravilloso hay mucho trabajo. No es tarea fácil pero con una buena metodología, altas dosis de motivación, paciencia y cariño, aprender a escribir se convertirá en una aventura apasionante para ellos.
Este aprendizaje se dirige a adquirir y desarrollar en el niño, durante la etapa de Educación Infantil, una de las habilidades primordiales del proceso educativo. No obstante, antes de iniciarlo, es imprescindible que los niños hayan adquirido la madurez neurobiológica necesaria.
Las etapas de la escritura: así empiezan a escribir los niños
Antes de ingresar en el colegio, el niño debe haber alcanzado un adecuado nivel de desarrollo sensorial y motriz y un suficiente dominio de movimientos básicos. Esto le permitirá adquirir mayor fluidez, tonicidad muscular, direccionalidad, segmentación y consecuentemente, mayor rapidez y claridad en su escritura.
Etapa 1. La motricidad fina
Como pasos previos a darle lápiz y papel para que realice trazos, procuraremos que se ejercite en los siguientes aspectos:
– El conocimiento y control de su propio cuerpo.
– El fortalecimiento de los músculos de los dedos y de las manos, para conseguir precisión en la presión de los dedos (motricidad fina).
– La percepción e interiorización del ritmo.
– El logro de una correcta lateralidad.
– La organización espacio-temporal.
– El desarrollo de la atención.
Y es que es fundamental una adecuada organización del espacio, el tiempo y el ritmo. El control de los movimientos de la escritura se ejerce desde las dimensiones espacial y temporal. El aspecto espacial consiste en poder llevar a cabo un movimiento en la dirección elegida; mientras que el aspecto temporal permite anticipar, interrumpir, lentificar y repetir el movimiento. Por eso es de gran importancia que estos aspectos se comiencen a trabajar en el primer ciclo de Educación Infantil y se continúe aún con mayor énfasis a lo largo del segundo ciclo.
Etapa 2. La preescritura
Es este un momento crucial a partir del cual los niños se verán ante la necesidad de empeñar esfuerzo y atención mantenida. En nuestras manos está el proporcionarles la motivación que les haga atractivo el aprendizaje. Para ello debemos presentarles las diferentes tareas de forma lúdica, interpretando físicamente los trazos que hayan de realizar, es decir, que comiencen a trazarlos con todo el cuerpo para, una vez que han sido interiorizados, plasmarlos en el papel.
Cada trazo se debe realizar en distintas sesiones; y el tipo y el número de ellos dependerán de la edad del alumno. Existe gran variedad de superficies, materiales y recursos para que el niño dibuje antes de que lo haga con el lápiz y el papel. Es muy conveniente, por tanto, que comience a crear sus primeros dibujos con el dedo en el aire, en arena, harina, en papel continuo, con pintura de dedos, etc.
Más adelante, le proporcionaremos ceras, tizas y rotuladores de gran grosor para que realice sus producciones libremente, agarrando estos instrumentos de manera natural. Pasado el tiempo oportuno, en el que el niño haya ejercitado multitud de trazos y dibujos de esta manera, ya está en disposición de utilizar instrumentos que requieran mayor habilidad y precisión a la hora de cogerlos correctamente. Por fin, llegó el momento de emplear el lápiz.
Existe una secuenciación lógica para la realización de los diferentes trazos. La más adecuada para el segundo ciclo de Educación Infantil es la siguiente:
– Trazo vertical continuo.
– Trazo vertical discontinuo.
– Línea horizontal continua.
– Línea horizontal discontinua.
– Trazos horizontales y verticales combinados en forma de cruz.
– Líneas horizontales y verticales en forma angular.
– Línea horizontal y vertical formando cuadrícula.
– Línea quebrada.
– Líneas inclinadas continuas, discontinuas y en forma de aspa.
– Línea quebrada discontinua.
– Línea quebrada continua.
– Línea ondulada vertical.
– Línea ondulada horizontal.
– Trazos curvos discontinuos.
– Líneas curvas unidas.
– Bucles hacia arriba y hacia abajo.
– Trazo redondo.
– Trazo espiral.
Etapa 3. Empezar a escribir
Antes de comenzar la escritura propiamente dicha, el niño ha trabajado todos los trazos y, por tanto, habrá conseguido una buena direccionalidad, control del pulso, orientación espacial y coordinación viso-motriz. Una vez adquiridas estas habilidades, la escritura no tendría por qué suponerle demasiado esfuerzo.
La manera adecuada de trabajar estas tareas junto a la necesaria y simultánea aproximación a la lectura, prepara al niño para comenzar a reproducir los números y las letras relacionando la grafía con su significado. Y es que, efectivamente, el aprendizaje de la escritura tiene que ir precedido de una aproximación a la lectura y así cargar de significado las letras para que no se queden en un mero trazado de signos carentes de sentido.
Pasando a la práctica, comenzaremos por el trazado de las vocales, a continuación las consonantes para, seguidamente, unir vocal y consonante. De ahí se pasará a formar palabras y a copiar frases sencillas que el niño sea capaz de leer y comprender. Paralelamente a la copia de frases, el niño reproducirá palabras dictadas y a continuación frases.
Como vemos, pues, se trata de un proceso de aprendizaje complejo, al que denominamos lectoescritura. Un proceso que irá acompañado en todo momento de ejercicios que favorezcan en los niños la aprehensión de la lectura y la escritura.
María Galvache García. Profesora de Educación Infantil del Colegio Orvalle
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