La crianza de un hijo es uno de los asuntos que más preocupa a los padres. No es para menos, sentar unas buenas bases sobre las que educar a los más pequeños, inculcándoles buenos valores, es imprescindible para construir el camino que será su persona. En este sentido nos encontramos con la denominada «disciplina positiva«, que señala que el mejor camino para enseñar es el respeto y el cariño.
Desde un prisma comunicativo, con presencia de amor y entendimiento, los padres pueden comenzar a entender la conducta de sus hijos y empezar a guiarla por un camino positivo. No se trata de imponer ni de ser permisivos, sino de colaborar con los niños para conseguir que estos interioricen una serie de competencias que les serán útiles a lo largo de toda su vida.
Crianza a largo plazo
La disciplina positiva se trata de un modelo de crianza a largo plazo, tal y como señalan los profesionales de Embarazo y Crianza. El primer punto del que nace este recorrido es el respeto mutuo, la base de todo, un aspecto que no solo se aplica a nivel educativo. Este prisma debe interiorizarse como filosofía de vida y que influye en el modo en el que se relaciona el niño con su entorno, alcanzando a entender por qué los hijos se comportan de cierta manera en determinados momentos.
De esta manera se apuesta por una enseñanza de habilidades sociales y de vida para que los niños sean capaces de mejorar su toma de decisiones y para buscar soluciones en aquellos momentos en los que alguien se equivoca. Esto no debe traducirse en permisividad, nunca hay que olvidar que los niños necesitan límites y normas para sentirse seguros y poder confiar.
La disciplina positiva apuesta por una crianza firme desde la amabilidad. Los niños no deben sentirse atacados, como puede suceder en estilos de enseñanza más autoritarios. A la hora de hablar con los hijos sobre un mal comportamiento, los padres deben mostrarse calmados y educados, nunca nerviosos ni mostrar un gran enfado.
La finalidad no es otra que desarrollar un sentimiento de comunidad en los más pequeños, de que pertenecen a un ente tan importante como es la familia y de hacerlos sentir importantes. Para ello también será muy importante tener en cuenta su opinión y conocer su punto de vista a la hora de tomar decisiones, esto no quiere decir que las normas las vayan a dictar los hijos. Simplemente habrá que tenerlos en cuenta en ciertas cuestiones dentro del hogar.
Disciplina positiva, en resumen
Desde Disciplina Positiva España resumen en los siguientes puntos este estilo de crianza:
– Es amable y firme al mismo tiempo (respetuosa y motivadora).
– Ayuda a los niños a sentirse importantes (fomento de la conexión entre los distintos miembros del hogar).
– Es eficaz a largo plazo, se plantea una filosofía de vida.
– Enseña habilidades para vivir: respeto, capacidades para resolver problemas, participación, colaboración, responsabilidad.
– Ayuda a que los niños desarrollen sus capacidades y sean conscientes de ellas para aprender a usarlas en los momentos adecuados.
Damián Montero
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