El lenguaje es el principal medio de comunicación de los seres humanos, gracias a él podemos intercambiar información, mensajes, ideas y sentimientos. El aprendizaje del lenguaje se da de una manera natural durante los primeros años de nuestras vidas, cuando el niño o niña empieza a hablar en interacción con sus padres y otros adultos.
La adquisición del lenguaje es un aspecto importante del desarrollo cognoscitivo y comprender las diferentes pautas de este desarrollo es muy importante, ya que a partir de este conocimiento, podremos establecer si el desarrollo del lenguaje de los niños se encuadra dentro de los parámetros adecuados y cuándo debemos empezar a sospechar que nuestro hijo está teniendo algún tipo de problema.
Para el desarrollo del lenguaje existen dos factores necesarios e importantes: la maduración biológica y las influencias ambientales. Con la maduración biológica nos referimos a los órganos que intervienen en el habla, que nos hacen capaces de emitir sonidos, palabras, frases y de comunicarnos oralmente. Las influencias ambientales hacen referencia a que los niños necesitan de las oportunidades que les brinda el entorno y de una estimulación adecuada.
La lengua de trapo de los niños
Al utilizar el lenguaje oral, los pequeños recibirán el afecto y la atención de sus padres y, poco a poco, se darán cuenta de que hablar es necesario para comunicar sus necesidades y deseos. Durante el aprendizaje del lenguaje es muy común que se dé el fenómeno llamado «lengua de trapo», una forma de hablar que nos hace gracia al principio a la mayoría de los padres.
Esta «lengua de trapo» es una etapa necesaria ya que el lenguaje se va adquiriendo poco a poco, pero es una fase que pronto se dejará atrás porque los niños aprenden a gran velocidad, y con mucha facilidad, siempre que no tengan problemas de lenguaje.
Durante esta etapa los pequeños cometen errores a la hora de articular las palabras o pronunciarlas. Estos errores son un fenómeno bastante frecuente y lógico en el aprendizaje de una lengua y es más fácil que se produzca cuanto más pronto empieza hablar el niño.
Etapas del desarrollo del lenguaje por edades
– De 0 a 1 mes: el bebé prestará atención a los sonidos o gritos. Se comunicará a través del llanto buscando la satisfacción de sus necesidades.
– 2 meses: produce llantos y ruidos diferenciados según la necesidad del niño o la causa que lo genera.
– 3 meses: emite vocalizaciones y sonidos guturales «gu-gu.. «ga-ga…, y empezará a producir balbuceos con algunas consonantes y vocales.
– 4 meses: el bebé empieza a mostrar interés hacía las personas y objetos, empezará a darse cuenta de que los sonidos que emite producen una reacción en su entorno, aprenderá la función de la comunicación verbal y en consecuencia las vocalizaciones y los gorjeos aumentarán.
– 6 meses: por medio de los balbuceos empezará a conversar con las demás personas, emitirá más vocales unidas a consonantes para formar sílabas, pa, ma, ba, ta.o8 meses: es la etapa del parloteo, emitirá más silabas seguidas a modo de respuesta a sus conversaciones, por ejemplo, «da-da**«ba-ba**«ma-ma**o
– 10 meses: responde a su nombre y a consignas simples tales como «ven**, «no**. Vocaliza de manera más articulada, empieza a imitar palabras.
– 12 meses: imita las palabras y la entonación de los adultos. Comprende las prohibiciones y órdenes y dice dos o tres palabras de promedio.
– 18 meses: su nivel de comprensión mejora notablemente. Comienza a pedir las cosas señalando o nombrando los objetos, puede pronunciar correctamente un promedio de diez palabras, señala algunas partes de su cuerpo cuando se lo piden.
– 2 años: se interesa más por la comunicación verbal. Ya es capaz de expresar frases de dos a tres palabras y utilizar algunos pronombres personales (mío, tú, yo*).
– 3 años: existe un incremento rápido del vocabulario, cada día aprende más palabras, su lenguaje ya es comprensible. El uso del lenguaje es mayor y lo utiliza al conversar con los demás o cuando está solo.
– A partir de 4 años: la construcción del lenguaje oral es más elaborada y a partir de los 5 años ya pueden contar experiencias y narrar pequeñas historias.
Elixabet Gorrotxategi. Profesora de las Escuelas Infantiles NClic
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