¿Qué padre no desea lo mejor para sus hijos? Querer ofrecerles un trato excelente es una meta que todo progenitor se propone cuando llega un nuevo miembro a su casa. Desde hacerles reír con divertidos juegos hasta asegurarles una salud de hierro a través de una actividad física constante, una alimentación sana y equilibrada o de evitar su exposición a un entorno hostil.
Para este fin desde la Asociación Española de Pediatría y de Atención Primaria, AEPap, ofrece un decálogo para que los padres puedan ofrecer el mejor trato a sus hijos. Diez consejos que permitirán que los progenitores aseguren un correcto desarrollo a los más pequeños a lo largo de los años más importantes para asegurarles un gran futuro.
Decálogo del buen trato.
Según AEPap, estos son los puntos que deben asegurarse en el desarrollo de todo niño:
– Darle alimentos sanos, asegurarles un menú equilibrado y en donde las grasas saturadas queden reducidas al mínimo.
– No fumar delante de ellos, tratar de que su exposición al humo y a los productos químicos que este porta sea igual a 0.
– Respetar el calendario de vacunas para prevenir el contagio de determinadas enfermedades.
– Crear un entorno de juego seguro en casa, evitando que los niños puedan desarrollar estas actividades en salas donde exista riesgo para los mismos.
– Respetar las normas de circulación y de seguridad vial, tanto a la hora de conducir como en lo que a sistemas de retención infantil se refiere.
– Hacer que la lectura sea una actividad presente todos los días, leyéndole cuentos en cada jornada o incentivando que sean ellos quienes se sumerjan en estas historias.
– Demostrarles cariño de forma habitual a través de palabras y de gestos.
– Nunca usar la violencia para conseguir mejorar el comportamiento de los más pequeños de la casa.
– Dejar el móvil aparte en los momentos que se pasan juntos. La atención debe centrarse en los hijos.
– Escuchar siempre lo que dicen los niños cuando sientan la necesidad de comunicarse con los padres-
– Poner límites para que puedan hacerse cargo de sus responsabilidades y aprender que no siempre se saldrán con la suya.
– Enseñarles a respeta su cuerpo y a ser capaces de cuidar su salud, reconociendo peligros y otros aspectos que puedan comprometer su integridad.
– Nunca hacerlos partícipes de los problemas de pareja ni utilizarlos como árbitros en las disputas maritales.
Damián Montero
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