Las nuevas generaciones y los dispositivos electrónicos son un binomio cada vez más inseparables. Desde que los niños nacen, tienen a su alrededor multitud de pantallas que se presentan como herramientas con múltiples beneficios. Sin embargo, estas tecnologías también pueden convertirse en distracciones que impidan a los más pequeños alcanzar sus objetivos.
Por ello es importante impartir entre los hijos una cultura digital que invite a los más pequeños a hacer un uso adecuado de las nuevas tecnologías. Al igual que sucede en otras facetas de los niños, el entorno en el que se desarrollan los menores juega un papel importante a la hora de interiorizar ciertas lecciones. En este caso, cómo sacar el mejor provecho de estos dispositivos.
Entorno digital en niños
Tal y como indican Beatriz Feijoo Fernández y Aurora García González, en su trabajo El entorno del niño en la cultura digital desde la perspectiva intergeneracional, en la actualidad los hogares se dividen entre los nativos y los imigrantes digitales. Los primeros han nacido en un entorno tecnológico y rodeado de pantallas, los segundos han tenido que adaptarse a estas nuevas normas.
Por un lado, los inmigrantes digitales entienden que las nuevas tecnologías ofrecen como principal ventaja su función comunicativa al poner en contacto a varios usuarios y permitir que intercambien información en cualquier formato, sin importar la distancia física. Los padres también son conscientes de los inconvenientes y peligros de las herramientas 2.0.
Por ejemplo, muestran desconfianza sobre la identidad de la persona con la que se interactúa ante la privacidad que ofrecen estas tecnologías que además facilitan la difamación, algo especialmente peligroso cuando los usuarios son niños. Pero al mismo tiempo, pese a sus reticencias son conscientes de que las nuevas tecnologías son el presente y que es imposible evitarlas.
Educación en las nuevas tecnologías
Ante este panorama, los padres son conscientes de la obligación de formar a sus hijos en un espíritu crítico, para que aprendan a actuar en consecuencia y con responsabilidad. El mejor camino para instaurar una buena cultura digital debe ser la formación, pero no solo en términos tecnológicos sino que incluya valores humanos, responsabilidad, sentido de pertenencia a la familia.
Los hogares también deben ser conscientes de que existe un problema social de fondo que no se debe obviar. A menudo se cree que el uso incorrecto de las tecnologías por parte de los niños no se relaciona con unos padres ajenos a la cultura digital, sino que puede ser causado por el debilitamiento del contexto familiar. El estilo de vida de la sociedad actual provoca vacíos que pueden derivar en una falta espíritu crítico que deberían aportar los adultos.
En este sentido se propone adaptar los valores tradicionales a la cultura digital. El primer paso para ello debe ser predicar con el ejemplo. Los padres deben ser los primeros en hacer un uso correcto de estos dispositivos y ser el primer ejemplo para sus hijos. Ellos deben enseñar a hacer un uso crítico de estas tecnologías y regañar cuando se aprecie un mal comportamiento en estos casos.
Las tecnologías deben estar presentes en el día a de los más pequeños y no ser ocultadas. Al igual que en otros terrenos, el hecho de estar prohibidas pueden hacerlas más atractivas para los niños y, su primer uso, puede ser negligente. Por este motivo, los padres deben acercar estos dispositivos a sus hijos y acompañarlos durante el aprendizaje. Eso sin olvidar otras actividades igual de importantes en el desarrollo de los más pequeños.
Damián Montero
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