Muchos son los pasos que da un niño en su desarrollo hasta alcanzar la plena autonomía en su edad adulta. Un camino que se hace evidente en algunos momentos muy especiales como por ejemplo el paso de la cuna a su propia habitación. Un gesto que supone un gran cambio en su vida ya que supone que el pequeño se hace cargo de su propio espacio.
Sin embargo, algunos niños se sienten desprotegidos por esta situación. El cambio de la habitación de sus padres a la suya propia queda, a su juicio, como una situación que provoca su indefensión. ¿Cómo han de reaccionar los padres? ¿Deben permitir que sigan pasando la noche junto a los progenitores o debe favorecerse su autonomía? Sobre ello habla el pediatra Gabriel Ruiz.
Cambio poco a poco
Este pediatra explica en uno de sus textos que el cambio no debe ser repentino, de la noche a la mañana un niño que siente miedo por dormir en su propia habitación no puede vencer este temor. Al mismo tiempo, los padres deben estar convencidos de la decisión que se toma y apostar por ella desde el amor y la comprensión. Hay que recordar que todo proceso conlleva su tiempo.
Estas son algunas claves para comenzar a trabajar la autonomía del niño en este sentido:
– Establecer un horario fijo para acostarlo. Una de las claves para conseguir que el niño sea capaz de dormir a solas es que quede tan relajado, que alcance el sueño por el mismo. Algo que se logra estableciendo una rutina diaria haciendo que llega una hora, el organismo del menor entre en estado de relajación.
– Rutina de sueño. También es buena idea para el pequeño establecer rutinas previas al descanso que hagan que su organismo entre en fase de relajación. Un baño, una charla en la cama, lectura de un cuento.
– Un compañero de sueño. Si el niño siente miedo por quedarse a solas, los padres pueden tratar de calmarlo dejándolo en compañía de un amigo como un peluche apreciado por él.
– Si se despierta por la noche, asustado, los padres pueden acompañarlo hasta que de nuevo quede relajado y dormido y dejarlo a solas. A la mañana siguiente el niño verá que es capaz de descansar sin otra compañía que la suya.
Beneficios de su propia habitación
Como se ha dicho, el cambio de la habitación de los padres a la propia supone una ganancia en autonomía para los más pequeños. Estos son algunos de los beneficios que trae para el niño contar con este espacio:
– Responsabilidad. La habitación es suya, por lo que de ellos dependerá su buen rumbo. Si no encuentran algo perdido en ella, deben aprender a recogerla mejor la próxima ocasión.
– Independencia. La habitación es su espacio, ellos decoran, ellos manifiestan su propia personalidad y cuentan con un lugar en donde desarrollar sus actividades.
– Espacio para desarrollarse. En la habitación no solo se duerme, también se estudia, se lee, se escucha música e incluso se puede jugar. Un buen lugar donde desarrollar numerosas habilidades.
Damián Montero
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