La noticia reciente, que nos ha sobrecogido a todos, sobre el niño abandonado en Francia, que logró sobrevivir durante dos años, desde los 9 hasta los 11 años, en un apartamento sin luz y sin gas, sin levantar sospechas porque iba limpio al colegio, se las apañaba para comer y sacaba buenas notas, destaca la capacidad de los niños para asumir responsabilidades cuando se les brinda la oportunidad.
La introducción gradual de tareas y responsabilidades desde temprana edad no solo contribuye al desarrollo de habilidades prácticas, sino que también fomenta la autonomía, la confianza y la perseverancia en los niños. Sin embargo, en esta sociedad de padres sobreprotectores, en la que alargamos la infancia y hacemos cosas por nuestros hijos que podrían hacer ellos mismos, nos ha sobrecogido la noticia de la superviviencia de un niño sin el mínimo apoyo que brindan los padres para atender sus necesidades básicas.
¿Es positivo o negativo que los niños crezcan en autonomía?
En general, el crecimiento en autonomía es positivo para el desarrollo de los niños. Les ayuda a construir habilidades esenciales, como la toma de decisiones, la autorregulación y la resolución de problemas. Sin embargo, es crucial equilibrar la autonomía con la supervisión de los padres y el apoyo adecuados, considerando siempre la edad y madurez de cada niño. Un enfoque de estas responsabilidades gradual y adaptado a sus necesidades individuales siempre va a contribuir positivamente a un desarrollo saludable de los niños.
¿Cuándo pueden ser más los riesgos que el beneficio, según su desarrollo madurativo?
Los riesgos asociados con delegar responsabilidades a los niños pueden aumentar si no se tiene en cuenta su desarrollo madurativo. Algunos de estos riesgos o consecuencias negativas de asumir responsabilidades para los niños antes de tiempo pueden ser:
1. Hacer tareas que no son adecuadas para su edad. Asignar tareas demasiado avanzadas para la edad del niño puede generar frustración y afectar negativamente su confianza.
2. Desempeñar estas tareas sin supervisión. Delegar responsabilidades sin supervisión adecuada puede aumentar los riesgos de accidentes o malentendidos.
3. Tener una presión excesiva. Imponer expectativas poco realistas puede generar estrés y ansiedad en los niños, contrarrestando los beneficios de la autonomía.
4. Desempeñar las tareas sin propósito. La falta de comunicación sobre la importancia y el propósito de asumir responsabilidades puede afectar la motivación y comprensión del niño.
Tareas apropiadas para ganar en autonomía según la edad de los niños
Para que ganar en autonomía suponga siempre un beneficio para los niños y sus familias, estas son algunas de las tareas apropiadas para sus diferentes etapas de desarrollo, que nos pueden hacer pensan en cuándo puede ser más arriesgado que beneficioso delegar responsabilidades.
1. Edades tempranas (2-4 años):
Ordenar juguetes. Aprender a recoger y organizar sus juguetes después de jugar es una tarea simple que promueve la responsabilidad y el sentido de pertenencia.
Ayudar en la preparación de comidas. Permitir que los niños ayuden a lavar frutas o mezclar ingredientes simples puede ser una actividad divertida que les enseña sobre la preparación de alimentos y la cooperación.
Vestirse solo. A medida que desarrollan destrezas motoras finas, animar a los niños a vestirse solos, eligiendo su ropa y colocándola adecuadamente, les otorga un sentido de independencia.
2. Edades intermedias (5-7 años):
Poner la mesa. Delegar la tarea de poner la mesa para las comidas ayuda a los niños a aprender sobre la organización y la responsabilidad en el hogar.
Cuidar de su mascota. Siempre bajo la supervisión de un adulto, cuidar de su mascota, como alimentar y cepillar, enseña a los niños la responsabilidad y el cuidado de otros seres vivos.
Hacer la cama. Fomentar el hábito de hacer la cama cada mañana les da a los niños un sentido de logro y responsabilidad de su espacio.
3. Edades avanzadas (8-12 años):
Responsabilidades escolares. A medida que avanzan en la escuela, pueden asumir responsabilidades como organizar sus útiles escolares, completar tareas y cumplir con horarios de estudio.
Contribuir en tareas del hogar. Asignar tareas como barrer, trapear, o ayudar en la limpieza del hogar promueve la responsabilidad y la colaboración en la vida familiar.
Manejo de dinero. Introducir conceptos básicos de finanzas, como administrar una pequeña asignación o hacer compras pequeñas, les enseña sobre responsabilidad financiera.
Antes de delegar responsabilidades, ¿qué tener en cuenta?
Las tareas asignadas deben ser apropiadas para la madurez y habilidades del niño. No todas las responsabilidades son adecuadas para todas las edades.
Incluso cuando los niños asumen responsabilidades, la supervisión continua es esencial para garantizar su seguridad y bienestar.
Además, debemos hablar abiertamente con los niños sobre la importancia de asumir responsabilidades y cómo estas contribuyen al bienestar general de la familia puede motivarlos.
Por tanto, es razonable pensar que la introducción gradual de responsabilidades desde edades tempranas es esencial para el desarrollo infantil. Estas tareas no solo enseñan habilidades prácticas, sino que también fomentan valores fundamentales como la autonomía, la confianza y la perseverancia. Al ajustar las tareas según la edad y supervisar de cerca, los padres pueden contribuir significativamente al crecimiento saludable y equilibrado de sus hijos.
Marisol Nuevo Espín
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