La lectura no solo es una de las actividades de ocio que más beneficios aporta a quien la practica, sino que también es la base de muchos de los aprendizajes venideros. Por ello, potenciar su desarrollo, y la adquisición de las habilidades necesarias para ello, es una labor que, a largo plazo, reportará resultados muy positivos. Y, la familia, como primer núcleo en el que se educan los niños tiene un papel muy importante en este sentido.
Por este motivo, desde la Asociación Española de Pediatría y Atención Primaria, AEPap, se dan consejos a los padres para que asuman este papel a la hora de mejorar la calidad en la lectura de los hijos. Recomendaciones que parten de los beneficios del juego y su potencial para estimular otros aspectos en la maduración de los más pequeños. A continuación, te presentamos las claves que sugieren estos profesionales.
Potenciar la lectura a través del juego
Para potenciar la lectura, el juego es una herramienta muy importante. Los pediatras de AEPap presentan las siguientes actividades como básicas en este sentido:
– Jugar con rimas. Los padres deberán presentar palabras y pedir a los niños que piensen en otras que puedan rimar, de esta forma se potenciará su capacidad de recordar vocabulario y reconocer conceptos en las lecturas.
– Juegos tradicionales para aprender palabras. Desde el «veo, veo» hasta el «De la Habana ha venido un barco cargado de palabras que empiezan por…», existen multitud de juegos que hacen que los niños tengan que sumergirse en su memoria para recordar palabras y, lo que es mejor, conocer otras que quizás no tenían en su lista de vocabulario.
– Relacionar conceptos. Los padres tendrán que dar un adjetivo, y los niños tendrán que pensar en sustantivos que los cumplan. Por ejemplo «verde como* una pera/una manzana/una rana». Se trata de una gran idea con la que potenciar la relación de conceptos en la mente de los hijos.
– A la caza del gazapo. Los padres deben preparar un texto con erratas escritas a propósito, los niños tendrán que encontrarlas. Una buena idea para conocer mejor el lenguaje y las normas de ortografía.
– La palabra más curiosa. Los padres les ofrecerán a los hijos un diccionario, les dirán una letra y los pequeños tendrán que localizar entre las páginas la palabra más curiosa que encuentren. De esta manera, podrán conocer su significado e integrarán en su vocabulario.
– Reinventar cuentos. En casa se leerá un cuento, y al llegar al final los padres tendrán que parar su lectura y pedir a los hijos a que piensen en un nuevo cierre. Otra opción, más complicada, es indicar a los pequeños personajes de una historia y pedirles que piensen en una nueva narración de principio a fin.
Damián Montero
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