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Cómo comienzan a dibujar los niños: planes a su medida

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Los trabajos artísticos de los niños pequeños, hasta aproximadamente los 6 años, son dibujos que reflejan la edad de la inocencia en la que se encuentran, pura expresión. Los dibujos del niño en estas edades no conocen inhibiciones, y muestran una pura creatividad.

Para los niños resulta más divertido el proceso de creación artística que el producto de sus esfuerzos. A medida que van creciendo, y van haciéndose más «intelectuales», pierden en gran parte esa capacidad para la expresión pura. Comienza a importarles mucho más el producto final y quieren que éste «le salga bien». Por eso, pierden poco a poco su espontaneidad y se vuelven más inhibidos y precavidos.

La expresión plástica sirve para expresar sentimientos y emociones, pero también da una visión sobre la capacidad visual y organización espacial del niño, a la par que forma y desarrolla su motricidad y su capacidad intelectual. Pero, sobre todo, la característica más importante que posee toda actividad artística, y como tal la plástica, es lo estimulante y divertida que puede llegar a ser.

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Rodear a los niños de colores

El comienzo del dibujo infantil

El desarrollo de la sensibilidad artística comienza desde los primeros años de la vida de un niño y depende del número de conexiones que formen las neuronas de su cerebro que integran esa información. Es muy importante rodearle, lo más pronto posible, de una amplia gama de colores y formas. Por su proceso de maduración cerebral, el niño percibe antes el color que la forma. De ahí la importancia de que se familiarice con el color en sus cosas: ropa, habitación, juguetes, etc. Uno de los juguetes imprescindible en estas primeras edades son los móviles, que con colores y formas variadas, con movimiento y música, captan la atención del bebé.

El entorno ambiental, las imágenes visuales que percibe el niño desde el inicio de su vida, son básicos en su desarrollo. Los estímulos visuales provocan diferentes sensaciones, según su intensidad de luz, o de contraste con el entorno, color, tamaño, forma y textura. En definitiva se trata de crear un ambiente agradable y rico.

Pintar, dibujar, mezclar colores… ¡cuánto antes!

Rodear a los niños de colores

Tan pronto como sea posible, es bueno enseñar a nuestros hijos a pintar, dibujar, mezclar colores, a esculpir. Hay que animarles a dibujar proporcionándoles los materiales necesarios y adoptando nosotros una actitud adecuada. A la hora de pintar no conviene intimidarles diciéndoles que se van a manchar, sino indicarles dónde han de pintar y tomando las medidas necesarias para evitar estropicios, siempre bajo la supervisión de un adulto.

Por este motivo, es necesario proporcionarles gran variedad de materiales y herramientas para crear: ceras, colores, rotuladores, pintura a dedo, papel de distintos tipos, pinceles, plastilina, esponjas, sellos de estampación, rodillos, arcilla, tijeras, pegamento, etc.

En un primer momento hay que dejarles dibujar libremente, sin corregir sus trazos. También podemos dibujar algo nosotros y que ellos lo copien, pero siempre elogiando sus proezas artísticas. Resulta muy motivador para el niño dar mucha importancia a sus dibujos o manuales, colocándolos en un sitio privilegiado y visible (colgados de la nevera de la cocina, en el comedor, en su habitación, etc.).

¿Qué dibuja? Averigua cómo es y cómo se siente por sus dibujos

Hay aspectos más sutiles en el dibujo infantil que nos muestran y explican cómo es el niño o cómo se siente:

– La presión sobre el papel: en general un niño inseguro suele hacer trazos finos y ligeros, borrándolos y corrigiéndolos continuamente (aunque el hecho de borrar puede reflejar simplemente un carácter perfeccionista). Por el contrario los niños que aprietan demasiado sobre el papel, suelen ser agresivos o muy seguros de sí mismos. En un mismo dibujo el niño puede variar la presión del trazo dependiendo del personaje que esté dibujando teniendo en cuenta los sentimientos que le inspiran dicho personaje.

– El color: en general, los niños pasan por fases en los que apenas usan color y otras en las que abusan de ellos. Normalmente, los niños de 2-5 años suelen usar los colores para reflejar la realidad (el cielo azul, el césped verde, el sol amarillo, etc.), pero en otras ocasiones asignan los colores según su voluntad, y su elección refleja sentimientos más profundos. En general un niño sano y equilibrado suele utilizar colores cálidos y bien definidos. El uso masivo de colores oscuros puede reflejar una tendencia a la ansiedad o tristeza; el abuso de colores estridentes nos da a entender alteraciones emocionales.

– Las proporciones: el tamaño de lo que dibuja y el lugar que ocupan los personajes de su dibujo reflejan la importancia que tienen cada uno de ellos para el niño así como la forma en que percibe las relaciones entre ellos.

– El lugar de la hoja en el que empieza su dibujo: normalmente un niño al dibujar suele utilizar la parte central del papel, acotando sus dibujos con la hierba y el cielo. Si utiliza sólo la parte inferior nos puede indicar realismo y estabilidad; si por el contrario utilizara sólo la parte superior puede sugerir cierta tendencia al orgullo.

– Los trazos: aunque un niño utiliza todo tipo de trazos a la hora de realizar un dibujo completo, el uso sistemático de rectas, ángulos y figuras geométricas denota un carácter más realista; y el de curvas y trazos redondeados, una mayor sensibilidad.

Montse López. Profesora del colegio Guadalviar

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