Todo padre quiere ayudar a su hijo. Ver que los pequeños tienen problemas no es plato de buen gusto para ningún progenitor, sin embargo, para poder apoyar a los pequeños y no tan pequeños hay que prestar atención. En muchas ocasiones los niños oculta aquello que altera su día a día por vergüenza y miedo a las consecuencias.
Ante este silencio, a los padres les toca afinar sus sentidos y prestar atención a lo que les ocurre a sus hijos. Desde la Fundación Understood dan varios consejos para poder observar a los niños, sin hacerlos sentir vigilados y de esta forma reconocer posibles problemas con el fin de ponerles solución o hablar de ellos para poder brindar un apoyo total en esta situación.
Atención, nunca control
El primer paso que deben entender los padres es que su labor en este sentido consiste en prestar atención a lo que les ocurre a sus hijos. Nunca deben controlar lo que les sucede a los niños e interferir en su día a día. Estos son algunos consejos para poder observar sin inmiscuirse antes de tiempo:
– Elegir un comportamiento. Antes de empezar a observar, hay que decidir en qué se quiere centrar la atención. ¿Malhumor? ¿Conducta agresiva?
– Tomar nota en un medio que permita su revisión y consulta para poder comprobar la información de los distintos días.
– Observar de todas las formas posibles. No solo en el momento en el que aparece el comportamiento, también en los instantes previos y posteriores para ver posibles desencadenantes o consecuencias.
– Comprar la evolución a lo largo del tiempo. La actitud de hoy puede ser distinta a la de mañana, ¿qué ha cambiado? ¿Por qué?
– Tratar de ayudar. Con la información recabada, los padres pueden tratar de ayudar a sus hijos. También pueden anotar si el apoyo que han brindado ha tenido algún efecto.
– Pedir ayuda si se reconoce un problema grave. Si los padres descubren que tras un comportamiento se oculta un grave problema como un caso de acosos escolar, hay que ponerlo en conocimiento de las autoridades pertinentes.
Fomentar la comunicación
Para descubrir problemas con los hijos, no solo hay que observar, también hay que saber cómo comunicarse con los mismos. Estos son algunos consejos que se dan desde la Academia Americana de Pediatría:
– Estar disponible. Los padres han de estar siempre disponibles para sus hijos y sacar huecos en sus agendas para escuchar sus problemas.
– Saber escuchar. No es lo mismo oír que escuchar, cuando los hijos hablen hay que prestar toda la atención posible a lo que cuenten.
– Demostrar empatía. Hay que a sintonizar los sentimientos propios con los de los hijos y hacerles saber que se comprende su situación. Por muy pequeño que pueda parecer un problema, no hay que restarle atención y pensar que son cosas de críos.
– Mantener la calma. Durante las escuchas es posible enterarse de algo que no gusta, pero hay que mostrarse sereno y dispuesto a ayudar, no enfurecerse.
Damián Montero
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