Tras su primera maternidad, Clara Pons-Mesman se dió cuenta de que los niños de ahora juegan poco al aire libre. Cada más es más peligroso jugar en la calle y los parques infantiles no siempre son adecuados. Por este motivo, en 2015 creó Tierra en las manos, un blog dedicado a promover la importancia que tiene para los niños el juego al aire libre y en 2016 escribió la primera Guía de Parques Infantiles Naturales.
Abogada de profesión, con posgrado en Derechos de la Infancia, Clara se ha formado en pedagogía viva y en espacios exteriores para niños. Acaba de publicar ¡Sal a jugar! Guía de actividades y juegos al aire libre (Larousse), donde además de explicar los innumerables beneficios del juego al aire libre para los niños y sus familias, ha incluído 50 actividades y juegos pensados para jugar a aire libre con sus «paso a paso».
Sal a jugar, ¡y crea tus propios juegos!
Ya no juegan los niños a esos juegos con reglas y canciones que se transmitían de generación en generación. ¿Qué te inspiró a crear una guía de actividades y juegos al aire libre?
Mi propósito principal al escribir ¡Sal a jugar! es animar a las familias a salir a jugar más al aire libre y facilitarles la tarea al máximo para que esta experiencia sea una realidad. Por eso en el libro hablo de distintos espacios de juego al aire libre, contemplo propuestas sencillas para hacer… Y se incluyen todo tipo de ideas, ya sean tradicionales o más novedosas, porque por encima de todo lo importante es salir a jugar ahí fuera, más allá de las propuestas.
La era digital está suponiendo un freno a los juegos tradicionales. ¿Por qué es tan importante preservar y transmitir la herencia de los juegos tradicionales a las generaciones más jóvenes?
Los juegos tradicionales son muy interesantes porque son muy completos. Son juegos que suelen conllevar movimiento pero que también favorecen la conexión del cuerpo con el cerebro o el pensamiento. Por ejemplo, cuando los niños saltan a la comba están ejercitando su cuerpo a la vez que están cantando y están pendientes de si otro niño entra o sale de la cuerda. Todo ello hace que ese juego sea maravilloso a la hora de coordinar mente y cuerpo. Y otro aspecto maravilloso de los juegos tradicionales es que muchos pueden realizarse al aire libre sin materiales o con muy poquitos recursos, de forma que son juegos accesibles para todo el mundo y que pueden tener lugar en cualquier momento, sin necesidad de comprar nada ni tener materiales concretos. Por ejemplo, en cualquier momento podemos hacer una rayuela en el suelo y si no tenemos tizas, la podremos crear con tronquitos. O bien podemos picar palmas, sin material alguno.
¿Cómo fortalece el juego al aire libre el vínculo entre padres e hijos en comparación con otras formas de entretenimiento?
El juego al aire libre es, por naturaleza, un juego que fomenta la conexión y los vínculos, ya sea con los padres o entre amigos. A diferencia de las propuestas tecnológicas, donde los niños están frente a las pantallas, jugar ahí fuera posibilita una participación y una comunicación activa y directa con los demás. Proporciona un espacio de tiempo en el que compartir aventuras y experiencias. Personalmente, soy muy partidaria del juego libre, de que los niños jueguen libremente a aquello que les nazca, que experimenten, que vivan sus propias aventuras… No es que el objetivo del libro sea el fortalecimiento del vínculo padres e hijos, pero es verdad que el juego en espacios exteriores ofrece la oportunidad vivir momentos especiales, recorrer caminos juntos, explorar el entorno, conversar y generar bellos recuerdos.
¿Qué beneficios específicos encuentras en los juegos al aire libre en comparación con las actividades digitales para el desarrollo de los niños?
Jugar al aire libre tiene muchísimos beneficios para los niños. A diferencia de las actividades tecnológicas, que son más sedentarias, el juego en exteriores favorece la actividad física, contribuyendo al desarrollo muscular, la fuerza, la coordinación, etc. Además, estimula la creatividad y la imaginación, ya que son los niños quienes han de decidir a qué y cómo jugar, a diferencia de los videojuegos dónde la propuesta ya viene dada. El juego al aire libre ofrece también un escenario donde los niños y las niñas pueden jugar entre ellos, compartir… Y en la naturaleza experimentan una mayor independencia y ganan confianza en sí mismos al enfrentar retos, mejorar habilidades y vivir aventuras.
La tecnología y el estilo de vida moderno nos han encerrado en casa. ¿Cómo ha afectado al juego al aire libre de los niños?
La tecnología ha tenido un impacto significativo en el tiempo de juego. Todo ese tiempo que dedican los niños a mirar la televisión o jugar a videojuegos es tiempo que no están jugando, saltando, corriendo… Por lo tanto, estamos ante unos niños más sedentarios que hace décadas y menos conectados al mundo natural. También las agendas muy ocupadas y la falta de tiempo libre reducen las posibilidades de juego en espacios exteriores. La creatividad y la imaginación también se ven impactadas, ya que el juego al aire libre ofrece un espacio para que los niños inventen sus propios juegos y aventuras, estimulando su creatividad de una forma activa.
En las actividades tecnológicas no son los niños los inventores de sus propios juegos.
¿Cuáles son algunos de los juegos tradicionales que has incluido en tu guía y qué significan para ti?
En ¡Sal a jugar! he incluido algunos juegos tradicionales que me parece que aportan a las criaturas oportunidades de juego interesantes. Por ejemplo, hablo mucho de pintar con tizas, ya que es un recurso atemporal, sencillo y que da mucho juego. Con ellas podemos dibujar una rayuela, un juego tradicional sencillo de movimiento, equilibrio… Y que puede jugarse en grupo o en solitario. También incorporo ideas de juego con las cuerdas o las gomas de saltar porque son juegos que permiten la coordinación y la conexión cuerpo y mente y creo que son muy interesantes a la vez que divertidos y jugables en cualquier lugar, ya sea en la calle, en el parque o en la naturaleza.
¿Qué consejos darías a los padres que desean reintroducir el juego al aire libre en la vida de sus hijos cuando la falta de tiempo o la disponibilidad de espacios adecuados se lo impiden?
Creo que la falta de tiempo es algo que hay que revertir. No hay soluciones mágicas para ello.
Hay que buscar tiempo para jugar y si es al aire libre mejor.
Jugar es esencial para la infancia, es una forma de aprender, de conectar con el entorno, con los amigos, de imaginar, crear y pasarlo bien. No es algo subsidiario, así que hay que procurar tiempo de juego. Sobre la falta de espacios adecuados, si bien es cierto que los pueblos y ciudades se han transformado mucho y que cada vez quedan menos espacios libres… Siempre hay oportunidades de juego. De hecho, los niños juegan en cualquier lugar si les damos tiempo y libertad para ello. En el libro hay un capítulo dedicado a la calle y entornos más urbanos, para que siempre tengamos recursos para jugar ahí fuera. Y yo siempre recomiendo buscar los parques infantiles más naturales posibles para que los niños puedan hacer juegos variados e imaginativos.
¿Cómo crees que la inclusión del juego al aire libre en la educación y el tiempo libre de los niños puede contribuir a su bienestar emocional y social?
Jugar al aire libre tiene muchos beneficios también a nivel emocional y social. Por ejemplo, poder pasar tiempo en el verde reduce los niveles de estrés y mejora la atención de las criaturas. Asimismo, el juego ahí fuera es más activo, los niños se mueven constantemente y segregan endorfinas, lo que contribuye a su sensación de bienestar. Y a nivel social, cuando los niños salen afuera a jugar tienen más oportunidades de jugar con otros niños y niñas. De forma natural el juego es más cooperativo y tienen que aprender a negociar normas del juego con los demás, etc., lo que les ayuda a desarrollar habilidades sociales importantes y a fortalecer sus relaciones con los demás.
¿Qué impacto crees que va a tener tu guía de actividades y juegos al aire libre en las familias que la utilicen?
Eso es algo que yo no puedo saber ni predecir, aunque mi deseo es que sea un recurso útil que anime a las familias y, sobre todo, a los niños a salir a jugar más a fuera. Que sea una pequeña guía para descubrir lugares de juego y la importancia de jugar al aire libre y con materiales naturales. Pero, sobre todo, mi deseo es que algún día los niños hayan podido jugar tanto al aire libre y conozcan tantas propuestas y recursos que no necesiten guía alguna.
Marisol Nuevo Espín
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