La felicidad es un estado que toda persona espera alcanzar. Ya sean adultos o niños, no hay persona que no aspire a sentirse de este modo. Pero, ¿cuántos de ellos lo alcanzan? ¿Cómo se sienten en este sentido los más pequeños de la casa? Sobre este tema habla el II Estudio sobre Felicidad e Infancia de Imaginarium en donde se recogen las impresiones que tienen los niños sobre sus sentimientos.
Un total de 4.713 respuestas se han tenido en cuenta en este este estudio en donde se han incluido impresiones de los padres sobre la felicidad de sus hijos en donde se han tenido en cuenta relaciones sociales y familiares, el tiempo que estos pasan con sus niños y las horas dedicadas a jugar y explorar el mundo de manera conjunta.
Más edad, menos felicidad
Los resultados de este estudio señalan que el 9,6% de padres cree que sus hijos no son felices aunque poseen un gran número de comodidades y facilidades. A medida que crecen los niños, la sensación de infelicidad crece, por ejemplo, en la población de entre 5 y 8 años este porcentaje queda en un 15,56% y queda en un 22,6% al alcanzar la adolescencia.
Ana Saro, psicóloga clínica y miembro del Comité de Expertos de Imaginarium, explica que esta es la evolución natural de los hijos. A medida que se crece los desafíos a los que se enfrentan los niños también son mayores, en especial en el aspecto de socializar con iguales. Algo que si bien es fundamental en sus vidas, se hace muy difícil en los jóvenes provocando un sentimiento de no encajar con el resto.
¿Y hasta qué punto interesa la felicidad de sus hijos a los padres? La respuesta es bastante. De hecho para un 85,74% de los casos este punto representa una de las principales preocupaciones para los encuestados. Otro ejemplo es que el 53,43% de los participantes manifiestan que uno de sus principales objetivos es conseguir que los más pequeños se sientan queridos y valorados en el entorno familiar y escolar.
También destaca que una de las principales preocupaciones de los padres sea no poder pasar el suficiente tiempo junto a sus hijos, 28,28%, no poder jugar lo suficiente con sus hijos, 20,79%, o ejercer un castigo por un mal comportamiento, 18,57%. Otros aspectos que rondan la cabeza de los mayores es no poder disfrutar de planes fuera de casa, 8,63% y, en un porcentaje bastante pequeña, no jugar con pantallas tanto como quisieran, 2,78, que demuestra cómo las nuevas tecnologías se han expandido en los hogares.
La felicidad vista por los niños
¿Y cómo ven esta estado de ánimo los más pequeños? Sólo un 17,72% de los niños es plenamente consciente de lo feliz que es, por otro lado el 55,67% de los menores participantes se reconoce así, pero reconoce tener problemas para manifestarlo. Estos números contrastan con el 18,47% que cuenta con la capacidad de discernir y expresar su situación y con el 14,82% de niños que solo son conscientes si se les explica de manera racional su situación.
Sonia Pérez, responsable de contenidos pedagógicos y miembro del Comité de Expertos expresa que es «fundamental que los niños aprendan a identificar y expresar sus emociones. Esto se puede conseguir a través del juego al igual que una correcta sociabilización, consiguiendo en los niños una mayor sensación de felicidad y bienestar».
Damián Montero
Te puede interesar:
– La paternidad como fuente de felicidad