Entre tantas horas de clase en los niños hay un momento que es deseado por los alumnos: el recreo. Esta ocasión para recuperar fuerzas, jugar con los amigos y disfrutar de un descanso antes de afrontar el último tramo de la jornada. Un espacio donde socializan, disfrutan y que puede reportarle grandes beneficios según los elementos que lo compongan.
Desde la Academia Americana de Pediatría se señala los beneficios que tiene para los más pequeños de la casa un patio verde en el que disfrutar del tiempo de recreo por parte de lo alumnos. Jardines, pequeños huertos y actividades al aire libre son algunas de las sugerencias que se realizan a los colegios para que puedan mejorar el día a día en el centro escolar al que asisten los niños.
Menos estrés y más atención
Este organismo estadounidense ha realizado este informe a partir de los datos que les han aportado distintos centros escolares. Esta información atendía al tipo de patio escolar y al estado de los alumnos: salud cardíaca, nivel de estrés, obesidad, presencia o no de deficiencias en la atención.
Aquellos patios de colegio que contaban con elementos como espacios verdes con vegetación, huertos o que apostaban por clases al aire libre contaban con niños con un nivel de estrés menor al de la media. Al mismo tiempo, estos centros tenían un nivel reducido de menores obesos y un mayor nivel de atención por parte de los estudiantes que acudían a estos centros.
Los investigadores señalan que por ejemplo el hecho de ver un espacio verde es ya de por si un elemento menos estresante que ver largas pistas deportivas de cemento. «Muchos niños carecen de áreas escolares de calidad. En muchos vecindarios, el espacio estándar donde juegan es un parque estéril de asfalto o un trozo de concreto cercado con una valla metálica, un ambiente completamente inadecuado para que los niños jueguen», explica el doctor Stephen Pont, uno de los autores de este estudio.
Beneficios del espacio verde
Este informe no es el primer trabajo que se centra en los beneficios del espacio verde para los más pequeños. Otro estudio del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental, en Barcelona, destaca que en aquellos centros educativos con más zonas con vegetación se detecta un 10% menos de problemas de atención. Datos que revelan los beneficios de los espacios naturales en los niños.
Este estudio que fue publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences asegura que la influencia de la naturaleza en las habilidades cognitivas se explica a través de la disminución de la contaminación del aire. Algo que repercute directamente en la maduración del cerebro ante la ausencia de elementos como el carbono negro.
Algo en lo que también se basa la investigación de la Universidad de California donde también se señala que las zonas verdes también influyen en los comportamientos de los niños: les ayudan a compartir más. Sea como fuere, de lo que no cabe duda es de que los parques pueden ayudar a la sociedad en muchos aspectos: desde la reducción de la mortalidad cardiovascular hasta mejorar la salud mental o reducir el estrés, pasando, por supuesto, por la mejora observada en el intelecto de los niños.
Damián Montero
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