El ejercicio es muy importante en cualquier circunstancia. Incluso en los momentos menos imaginables pueden ayudar mantenerse en forma, como por ejemplo ir andando al colegio en lugar de otras opciones como ir en el autobús escolar o en el coche de los madres. De hecho, desde Ciudades Amigas de la Infancia se anima a que las familias apuesten por esta opción, u otras como la bicicleta para garantizar sus diversos beneficios,
Porque no solo la salud se beneficia de esta opción gracias a la actividad física que supone, y la reducción del sedentarismo. También cuenta con ventajas si tenemos en cuenta el actual contexto de pandemia, en donde las restricciones sanitarias pueden limitar la cantidad de ejercicio que se puede realizar. Y es que, aunque la situación esté mejorando, todavía no estamos a los mismos niveles que antes del coronavirus,
Ir andando al colegio en pandemia
Tal y como indican desde The Conversation ir andando al colegio tiene diversos beneficios:
-La realización de actividad física y los desplazamientos activos.
– El descubrimiento y conocimiento de sus barrios, pueblos y ciudades.
– El fortalecimiento de redes y el tejido de alianzas.
– La puesta en valor de lo comunitario.
– La transformación de relaciones y espacios.
– La contribución al diseño de nuevas estrategias.
– La conciliación familiar.
Por otro lado, ir andando al colegio durante la pandemia, garantiza que se reduzca el contacto social y sea más posible guardar la distancia, así como evitar que el aire de entornos como el bus escolar, o los coches compartidos no sea tan viciado. De esta forma, también se evita el contacto directo con personas que no forman parte del mismo entorno de convivencia.
Otras ventajas de esta apuesta
Tal y como explican desde Ciudades Amigas, si todos los niños y niñas pudieran ir a pie al colegio no solo disminuiría el tráfico y se vería beneficiado el medioambiente: este hábito tiene más aspectos positivos de los que imaginamos. En un informe del Comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría (AEP), que recoge las evidencias científicas para fomentar el transporte activo al colegio como estrategia educativa y comunitaria, se muestran los beneficios que tiene ir caminando al colegio en los propios alumnos:
Por un lado, los niños que van al colegio andando o en bicicleta incrementan el nivel de actividad física y cardiovascular, con todo lo que ello conlleva: disminuye el sedentarismo y contribuye por tanto a prevenir y disminuir la obesidad infanto-juvenil, así como otros problemas y enfermedades asociados a la falta de actividad física.
Damián Montero
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