Existen muchas actividades donde los más pequeños pueden divertirse, al mismo tiempo que hacen ejercicio y se desarrollan diversas habilidades. Una de estas posibilidades es el baile, el cual ofrece numerosos beneficios y hace que los más pequeños de la casa se alejen de una vida sedentaria, asegurando el movimiento y potenciar coordinación y elasticidad.
Además, tal y como indica desde la Asociación Española de Pediatría y Atención Primaria, AEPap, el riesgo de lesionarse bailando es muy bajo y en la mayoría de las ocasiones estas pueden prevenirse. Los especialistas recomiendan que estas actividades comiencen en torno a los 3 o 4 años de edad ya que es una gran idea para asegurar todos sus beneficios desde edades tempranas.
Beneficios del baile
Tal y como indican los pediatras, el baile ofrece grandes beneficios a los más pequeñps y en distintos niveles:
– Favorece el desarrollo físico y emocional.
– Contribuye a mantener la condición física.
– Corrige anomalías de la postura.
– Estimula la creatividad.
– Impulsa la expresión corporal.
– Da rigor y confianza.
– Fomenta la memorización con el aprendizaje de coreografías.
– Facilita las relaciones sociales.
– Permite combinar aprendizaje y diversión.
Posibles lesiones y cómo prevenirlas
Los pediatras indican que al igual que otras prácticas deportivas, existe el riesgo de dar lugar a lesiones. Si bien el peligro es bajo, hay que seguir las instrucciones de los profesionales y se use el material apropiado. Las más comunes suceden en las extremidades inferiores, como la rodilla, los tobillos o algunos músculos en la pierna. Estos son algunos ejemplos:
– Tendinopatías. Son aquellas lesiones que afectan a los tendones que unen músculo y hueso. Se producen cuando tiene lugar una sobrecarga o una anomalía en la contracción. Las malas posturas también son una causa, incluso un aporte restringido de líquidos. Una de sus variantes son los esguinces producidos por la distensión brusca de los ligamentos.
– Lesiones musculares. Pueden ser un desgarro de fibras o la rotura parcial o total del músculo. Se traduce en dolor en esta zona muscular llegando a causar la imposibilidad de movilidad, además de algunos hematomas.
– Lesiones en los huesos. Son menos frecuentes, pero pueden causarse con motivo de las caídas. Pueden abarcar desde la fractura del hueso, hasta su fisura por contracciones intensas y repetidas, así como una periostitis (inflamación en la envolura ósea), o una luxación en las articulaciones.
– Efectos sobre la menarquia. Pueden surgir en actividades de élite o de mayor exigencia física. El poseer menor grasa corporal, el estrés, la nutrición inadecuada o el entrenamiento excesivo pueden llevar a una ausencia o retraso en la menstruación.
Todas estas lesiones pueden prevenirse siguiendo una serie de consejos como los que se exponen a continuación:
– Las lesiones musculares se pueden prevenir con calentamiento previo y con un calzado apropiado y adecuado al tamaño del pie.
– En el caso de las tendinopatías, el aporte de líquidos y el calentamiento previo son fundamentales. Junto a los estiramientos tras la práctica del baile.
– Los esguinces se pueden disminuir trabajando y corrigiendo el equilibrio.
– Las lesiones del hueso se previenen evitando los cambios bruscos de ritmo y la fatiga.
– En caso de luxación, el refuerzo muscular de la articulación la puede prevenir.
– En los casos de actividad física extrema se debe controlar la densidad ósea. Su disminución puede contribuir a fracturas de estrés.
– Sigue las recomendaciones y valoraciones realizadas por profesionales. Para el tratamiento de lesiones se debe consultar a médicos y fisioterapeutas.
– Cuando no se hace el reposo suficiente para lograr la recuperación, se puede producir una propensión a la lesión.
Damián Montero
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