Están muy claras algunas transiciones a lo largo de nuestra vida, como por ejemplo la adolescencia (donde el ser humano pasa de joven a adulto). Esto es porque tenemos recuerdos de cómo vivimos esta etapa, pero, ¿qué hay del paso de bebé a niño? Aunque no nos acordemos crecer también significa aprender a andar, a hablar, a comer por nosotros y, en definitiva, a conseguir esta autonomía.
Con el fin de que los padres primerizos entiendan lo que conlleva cada etapa de sus bebés, dese la Academia Americana de Pediatría, se dan varias pistas. Indicaciones con las que saber qué esperar en cada momento y qué transiciones existen en cada ocasión. Es decir, cómo se pasa de ser un bebé a un niño y comenzar a ganar la autonomía que termina alcanzando toda persona al convertirse en adulto.
Edades y etapas en los niños
Los pediatras americanos señalan estas etapas como las importantes en el desarrollo de los bebés:
– Prenatal. El embarazo es una época que se traduce en expectativa, ilusión y preparación, en especial para los padres primerizos. También son momentos de incertidumbre. Estos nueve meses darán tiempo para aprender cómo calmar las ansiedades y prepararse para esta nueva realidad.
– De 0 a 12 meses. No requiere demasiado tiempo adquirir la confianza necesaria para ejercer la labor de los padres. En estas etapas los bebés ya son capaces de dar información sobre cómo desean ser tratados. Los pequeños poco a poco comienzan a controlar el cuello y a mover la cabeza hacia un lado, así como a demostrar reflejos que responden a determinados estímulos.
– De 1 a 3 años. El niño prosigue en su paso hacia la infancia. Hay que destacar que el crecimiento físico es más visible que en etapas anteriores. Los cambios más importantes tienen lugar a nivel intelectual ya que es en estas edades cuando adquieren la capacidad de hablar. Puede que el aparato motor todavía no haya evolucionado todo lo esperado, pero pronto lo estará.
– Preescolar, de 3 a 5 años. A partir de los tres años los niños pasan de un estado de calma a mostrar una mayor energía y dinamismo. En esta etapa los niños empiezan a enfrentarse a sus padres para enfrentarse a las normas de ellos e intentan imponer sus gustos frente a las leyes. Es común que los pequeños pongan a prueba los límites para ver hasta dónde pueden llegar.
Damián Montero
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