Estar atentos a las señales que nos dan los hijos es muy importante para empezar a actuar desde un primer momento. Un buen ejemplo es el autismo, que puede dificultar el día a día de los niños, aunque es posible poner en práctica algunas medidas con las que ayudarles a integrarse y a solventar algunos de los problemas a nivel social que pueden presentar estos pequeños.
Desde la Asociación Española de Pediatría explican que, de hecho, los padres pueden aportar mucha información a través de las sospechas que tienen ante las señales que ven en la conducta de sus hijos. Los expertos coinciden en la importancia que tienen estas observaciones y las intuiciones que se tienen al respecto, en especial durante el periodo que abarca de los 12 a los 15 primeros meses.
Detección precoz del autismo
Los profesionales de AEP indican que el autismo se presenta, aproximadamente, en uno de cada 100 niños y es un problema que frecuentemente es visible y muestra señales. Eso sí, es un trastorno con enorme variabilidad y ninguna característica es exclusiva, o se presenta en todos los casos. Al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que existen diferentes grados de afectación.
Se podría definir este síndrome como un trastorno de la interacción social que afecta a su capacidad para comunicarse o relacionarse con el entorno que los rodea, tanto verbal, como gestualmente, lo que incluye la falta de expresiones faciales, o su capacidad para mostrar emociones o afectos. Una de las primeras señales que se pueden detectar es la ausencia de contacto visual con otras personas (padres, o compañeros).
Es posible observar algunos patrones repetitivos, llamados estereotipias, tanto gestos verbales, o mediante repeticiones de gestos (como podría ser el balanceo, o el aleteo constante de manos). Otra de las señales que pueden ponernos en alerta es la expresión de palabras sin propósito de comunicar ningún mensaje. Hay que estar atento a otras evidencias como es el rechazo exagerado a determinadas texturas o colores, alimentos, o, directamente, hábitos restrictivos o maniáticos en.
¿Cómo detectar el autismo?
Hay una gran variedad de presentaciones clínicas del autismo y que determinan la gravedad de la sintomatología principal. Si se tiene sospecha de que el niño presenta síntomas de este síndrome, habrá que acudir a un profesional que indagará sobre cómo se comporta en su ambiente habitual, así como el desarrollo en el aspecto motor (edad a la que puedo sostener la cabeza, sentarse, o caminar).
Por supuesto, también preguntarán por sus interacciones sociales, como, por ejemplo, cuándo empezó a hablar, o si pueden comunicarse con gestos. Hay que tener en cuenta que a diferentes edades, hay distintos logros en su desarrollo y en la forma de relacionarse con su familia. El pediatra también puede proporcionar un cuestionario para que los padres lo rellenen. El cuestionario más utilizado es el M-CHAT-R.
Ante la sospecha de la familia o de los profesionales sanitarios o educativos se debe realizar una valoración inicial. Los niños con sospecha de trastorno del espectro autista necesitan profesionales expertos, tanto médicos como psicólogos. No existe una prueba médica que diagnostique el trastorno del espectro autista. La complejidad hace que la edad media de diagnóstico se retrase hasta los 3-4 años. Sin embargo, en muchas veces, están presentes ciertas conductas compatibles, antes de los 12 o 24 meses.
Damián Montero
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