La convivencia no puede haber perfecta. Por muy bien que se lleven los miembros de la casa, o por mucho amor que se profesen, las riñas terminan por aparecer. Esto es muy evidente en el caso de los hermanos, que suelen tener peleas a menudo por diferentes motivos. Una situación que puede poner a prueba la paciencia de los padres y alterar el orden de los hogares.
Antes que perder los nervios, es mejor aplicar medidas adecuadas y poner orden entre los hermanos que riñen. Por suerte, existen muchas técnicas que pueden aplicarse con este fin, como las que sugiere la doctora Clair McCarthy en uno de sus trabajos publicados en Harvard Health Publishing. Un texto en el que propone a los padres una serie de consejos para interceder cuando estas peleas tengan lugar.
Estrategias para poner orden en las peleas entre hermanos
La doctor McCarthy señala que en otros trabajos se ha podido ver que las peleas entre hermanos pueden ser consideradas como normales, pero no hay que eludir los riesgos que suponen para los pequeños. Por este motivo, los padres pueden trabajar en este sentido de la siguiente manera:
– No comparar. Cada hijo es como es, eso no quiere decir que haya uno peor que otro. Las comparaciones deben evitarse en las peleas entre hermanos, en especial para decir que uno presenta mejor comportamiento que otro.
– Ser consciente de los prejuicios. Nunca hay que dar las cosas por sentado. Al ver la pelea entre hermanos no hay que aceptar lo que parece y pensar que uno de ellos tiene la culpa por prejuicios, como, por ejemplo, que sea el más nervioso.
– Ser consciente de que cada etapa de la vida. La llegada de un bebé puede hacer que el hermano mayor sienta celos y comience a tener un peor comportamiento de cara al pequeño. En este caso habrá que ejercer una labor didáctica explicando lo que supone su nuevo rol en la familia.
– Destacar los puntos fuertes. Si se les recuerda los puntos fuertes, los hijos tendrán una autoestima mayor y, por tanto, será más difícil que estos sientan celos por creer que no tienen el cariño de sus padres.
– Guiar a los hijos. Los padres son el espejo en el que se miran los niños. Las discusiones deben realizarse en tono dialogante y nunca perder los nervios, o mostrar que los enfados son un camino para tratar con aquellos que queremos.
– Pasar tiempo con los hijos. Muchas veces los hijos riñen porque piensan que sus padres quieren más al otro. Dedicar tiempo con los pequeños hará que no sientan que deben competir por este amor.
Damián Montero
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