El confinamiento nos hizo enfrentarnos a una situación desconocida. Hasta marzo de 2020 todos estábamos acostumbrados a salir y desde luego que quedarnos en casa durante varios meses ha tenido efectos en todos nosotros. Y no solo a nivel social o en nuestro estado de ánimo, también otros aspectos se vieron afectados por todos estos días de encierro. Un buen ejemplo es la vista de los niños, todavía en desarrollo.
Y es que tal y como apunta el estudio publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health, y realizado por el Grupo de Investigación en Visión de la Universidad Europea, los niveles de premioopía aumentaron entre los niños de entre 5 y 7 años como consecuencia del confinamiento. Un descubrimiento más sobre cómo esta etapa ha influido en nuestras vidas y cuyos efectos todavía desconocemos al completo.
Cambio en nuestro día a día
Para entender estos resultados hay que tener en cuenta que durante el confinamiento cambiaron nuestros estilos de vida, y los más pequeños no fueron menos. Un ejemplo es la asistencia escolar, que pasó del modelo presencial al de aula virtual, frente a una pantalla. De esta forma, aumentaron las horas en las que los niños estuvieron «cerca» (entre 30 y 50 centímetros de distancia) de estas fuentes de luz que pueden causar problemas visuales.
De esta forma, los niños que estaban frente a las pantallas más de 3 horas al día pasaron de un 18% (datos de 2019) a un 42% en 2020. Igual sucedió con todos los dispositivos digitales, de manera que la cantidad de menores que usaban estas tecnologías «de cerca» para leer, escribir o estudiar, pasaron de un 21% al 42%. A esto hay que añadir que se redujeron, de manera drástica, las horas al aire libre.
Los datos desvelan que en 2020 el 68% de los niños pasaron menos de 1,6 horas diarias al aire libre. Una cifra muy lejana de los tiempos prepandemia en donde este número era del 27%. De esta forma no es de extrañar el incremento de la premiopía en estas edades pasando del 36% 45% tras el confinamiento. Unos daros que revelan el gran cambio en los estilos de vida de los menores y cuyos efectos todavía se siguen investigando.
Prevenir la miopía
Poco a poco la vida regresa a la normalidad, por ello ahora es el mejor momento para hacer frente a los efectos del confinamiento en la visión de los niños con consejos como los que ofrece el Instituto Oftalmológico Fernández Vega:
– Reducir el uso de la visión de cerca. Reducir al máximo, en especial en vacaciones, las actividades frente a las pantallas y alternar estas actividades con otras que requieran la visión de lejos.
– Mantener las actividades al aire libre para reducir el impacto y retrasar la aparición de la miopía en los niños, respetando las medidas de prevención, nada mejor que salir a la calle a disfrutar del aire libre.
– Recordar la regla 20-20-20. Es importante descansar la vista y tomar pausas periódicas para los ojos. Cada 20 minutos de esfuerzo ocular, se deben descansar 20 segundos a una distancia de 6 metros.
– Parpadear con frecuencia El parpadeo voluntario ayudará a mantener el ojo bien hidratado, pero si fuera necesario se pueden emplear lágrimas artificiales para reforzar la hidratación de la superficie ocular.
– Regular el brillo de los dispositivos electrónicos, activando, si es posible un modo con tonos más cálidos, visión nocturna y poner el bloqueo de luz azul.
– Mantener una iluminación correcta. Es importante no forzar la vista, por lo que se recomienda evitar la luz directa y las sombras. Asimismo, se recomienda tener una temperatura de ambiente agradable. Una mala regulación del frío o del calor, puede provocar sequedad ocular.
– Postura, distancia y altura de trabajo adecuadas enntre tus ojos y la pantalla debe haber una distancia de entre 50 y 60cm.
Damián Montero
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