Aunque queramos negarlo, nuestra mentalidad considera que los niños zurdos son un problema y que hay que potenciar el ser diestro mientras se esté a tiempo. Pero así lo que realmente se potencia es la mala lateralización, lo que sí que crearía un auténtico problema.
¿Es malo ser zurdo?
Desde el punto de vista de la persona, definitivamente no. Los niños zurdos tienen tantas posibilidades de desarrollarse como los niños diestros. Y es que ser zurdo es una característica genética, no es fruto de un mal aprendizaje. Por este motivo, es común encontrar familias con más de un zurdo entre sus miembros, por ejemplo.
Sin embargo, los niños zurdos tienen unas determinadas características que conviene observar y que en caso de no atenderlas pueden ser fuente de problemas. Ante la posibilidad de que un hijo sea zurdo surge una preocupación. Esto es porque seguimos admitiendo que los zurdos conllevan una serie de problemas propios, como por ejemplo al escribir. Y realmente esto es así, no es un tópico anticuado del que no nos hemos podido deshacer, es un hecho.
Es cierto que antes era algo que se tenía que corregir y cambiar forzosamente, pero ahora, aunque ya no hay tanta insistencia en un cambio de lateralidad, sigue siendo una situación especial fundamentalmente por dos motivos.
1. Porque realmente la forma de estar de los zurdos y de encajar y concebir el mundo es muy diferente, su organización cerebral es distinta.
2. Porque la sociedad no es sensible del todo a esta peculiaridad. Se ve en la ausencia de información tanto para los educadores como para los padres y, también, en las barreras psicológicas, mobiliarias o de material escolar, que no se adecúan.
Es cierto que lo normal es ser diestro, y por eso la sociedad está preparada y organizada para esto; no hay que escandalizarse. Pero el hecho de que nuestro hijo sea zurdo debe obligarnos a reflexionar.
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Los problemas de los niños zurdos con la escritura
Los zurdos están realmente expuestos a muchísimos más problemas de aprendizaje que los diestros. El niño zurdo puede, o no, presentar problemas para la lectura pero siempre los tiene en su escritura. No hay mas que fijarse en cómo escriben. Estos niños tienen que realizar una serie de movimientos para ajustarse a la escritura normal de izquierda a derecha, ya que su tendencia natural en un plano horizontal es de derecha a izquierda. El inconveniente es que en vez de tirar del lápiz tienen que empujarlo. Además no tienen visión de lo que están escribiendo porque lo tapan con su propia mano. Y es por eso por lo que sus trabajos pueden aparecer emborronados.
Una manera de evitar este problema es que el niño escriba con la mano en forma de «gancho» que consiste en colocar la mano encima del papel y curvar el brazo para que el lápiz sea arrastrado al igual que lo hacen los diestros. En cualquier caso, un niño zurdo escribe más lento por estos dos motivos señalados y además es fácil que tiendan a girar las letras, como si escribiesen en espejo.
Si encima es un zurdo adiestrado, la incoordinación motriz será mayor ya que se verá obligado a usar el lado que no domina.
Aprender a escribir con la mano izquierda
¿Cómo ayudarles? En el colegio, si los profesores son conscientes de que los problemas con la lateralidad existen, entonces son más comprensivos y van a favorecer un mejor ajuste del niño en su medio ambiente global.
Por otra parte, los educadores deben saber que cada zurdo necesita una solución individual porque cada niño tiene sus propias dificultades y su sistema motriz particular. No es fácil partir de esta premisa porque no se suele tener tiempo para detenernos en un particular, sin embargo la atención al niño concreto es la garantía de un desarrollo adecuado.
Los padres y profesores deben ser observadores natos y proporcionar un entorno que permita sacar al niño sus potencialidades. Permitir que su natraleza se exprese en sus tiempos, no en los nuestros, y recordar que no es un trastorno. Es muy sutil el pretender dirigirle su desarrollo: debemos observarle y no guiarle en base a un proyecto nuestro.
Marisol Nuevo Espín
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