Se acerca la noche en que sus mágicas majestades viajarán a lo largo de todo el mundo para dar regalos a todos los niños. Previamente, los más pequeños de la casa han tenido que escribir la carta a los reyes magos para indicarles a estos lo que quieren. ¿Qué es lo que deben incluir en esta epístola? Sin duda, los padres pueden aportar su visión hasta encontrar el mejor presente.
Y este año, el mejor regalo, puede ser el que más cuide de sus sentidos. En concreto, se puede optar por juguetes que no produzcan ruido y que puedan llegar a causar lesiones irreversibles en el oído de los más pequeños de la casa. Así lo recomiendan desde A.G. Bell International, un consejo con el que quieren prevenir los riesgos que pueden tener algunos artículos.
El peligro del ruido en niños
Muchos de los juguetes que reciben los niños emiten un ruido con un volumen superior a los 80 decibelios. María Ruiz, responsable de formación en AG Bell International recuerda que «en materia de salud auditiva del niño, la responsabilidad corresponde a los progenitores». Se puede pensar que no sucede nada ya que los daños causados por esta exposición no tienen efectos inmediatos.
Pero hay que tener en cuenta que la exposición acumulativa al ruido, durante un periodo prolongado, tiene consecuencias irreversibles. En primer lugar, hay que vigilar porque el juguete que se le compre a los más pequeños cumple con las normas de Conformidad de la Unión Europea, esto es una garantía de que el producto se ajusta a la prevención que se debe tener en casa.
También para comprobar el nivel de ruido, hay aplicaciones móviles que pueden medir los decibelios emitidos por un juguete. Si se excede el nivel recomendado, mejor optar por otras opciones. «Lo mejor para la salud auditiva del niño es que el juguete disponga de controles de volumen o interruptores de encendido y apagado», explica María Ruiz sobre el juguete que se compre.
Ruiz también explica cómo detectar posibles peligros en los juguetes: «existe una forma muy sencilla de saber si el juguete es peligroso. Cuando el sonido es muy fuerte para el adulto, también lo va a ser para el niño». Y un último truco que ayuda, cuando no sea posible limitar o controlar el volumen, para reducir el nivel de sonido, se puede colocar una cinta de esparadrapo sobre el altavoz.
Cuidar el oído de los niños
El sentido del oído no hay que cuidarlo solo vigilando los regalos. Es una misión que debe seguirse a lo largo del año con consejos como los que ofrecen desde GAES:
– Limpiar sus oídos con cuidado. Los oídos de los niños son delicados y a la hora de limpiar es conveniente hacerlo durante el baño, de forma externa y con una toalla o casa.
– Proteger sus oídos del agua. Al entrar en medios acuáticos, como la piscina, es necesario hacerlo despacio para evitar la entrada brusca de agua en los oídos. Una vez finalizada la actividad, habrá que secarse bien para prevenir hongos e infecciones.
– Vigilar la salud auditiva. En caso de inflamación, dolor, taponamiento, zumbidos, secreción del oído y síntomas derivados de alguna afección auditiva, se recomienda acudir a consultar con un especialista para saber qué sucede.
Damián Montero
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