El pasado 2020 nos trajo dos palabras que se convirtieron en habituales dentro de nuestro vocabulario: pandemia y coronavirus. Conceptos que nos llevaron a un confinamiento con el fin de asegurar la salud de todos en nuestra sociedad, impidiendo la propagación de la Covid-19. Para empezar, tres meses de encierro en casa sin más opciones que la de los mayores para salir a comprar o tirar la basura, o pasear la mascota.
Después, la sociedad entró en la denominada «nueva normalidad«, situación en la que se volvía a la calle, pero siempre con el miedo al contagio y bajo unas estrictas medidas de prevención sanitaria. Nadie nos había preparado como sociedad para un contexto parecido y, ni mucho menos, a los más pequeños de la casa. Hace poco se cumplía un año del inicio del confinamiento, ¿cómo cambió la vida de nuestros hijos?
Mucho más digitalizados
Tal y como indican en Qustodio, en su estudio Centennials: el antes y el después de una generación marcada por la covid el, la primera influencia notable de la pandemia en los hijos es que estos pasan más tiempo en internet y en las pantallas. Así lo indica la encuesta en la que han participado 1.000 padres. El confinamiento nos obligó a pasar más tiempo en estos dispositivos, no solo para encontrar alternativas de ocio, sino para que los más pequeños pudieran cumplir con sus obligaciones escolares.
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Muchos de estos padres reconocen haber adquirido nuevos dispositivos digitales y haber contratado más servicios online como plataformas de streaming para satisfacer necesidades de sus hijos durante la pandemia. También destaca que los padres no son conscientes de que sus hijos han podido ser víctimas de acoso escolar en internet. Solo un 2% reconocen haber detectado un caso de cyberbullying durante la pandemia,
Datos que se contraponen a los de otros informes que cifran los casos de ciberacoso en un 70%. También resulta destacable que los hijos se han acostumbrado a la vida sedentaria y un tercio de ellos ni siquiera pasó fuera de casa la hora permitida y recomendada, una vez que se permitió volver al exterior. Dato al que hay que añadir que no se ha experimentado un cambio en sus hábitos alimentarios, por lo que se produce un mismo consumo de calorías que no se queman al mismo ritmo.
Relaciones sociales y descanso
Siguiendo con los datos de este trabajo, los aspectos que más han cambiado en los hijos son sus relaciones sociales y su educación, así lo creen el 85 y el 82% de los padres encuestados, respectivamente. Como ya se ha dicho, la compra de dispositivos digitales se incrementó en el confinamiento y 1 de cada 3 hogares compró uno de ellos como causa directa de la pandemia.
En torno a 6 de cada 10 familias se reconoce que la pandemia ha hecho que sus hijos desarrollen adicción a las pantallas. De hecho, 7 de cada 10 niños pasan ahora más tiempo conectados a internet por motivos educativos. En otro sentido, 3 de cada 10 menores ha sufrido una falta de concentración y el 28% ha desarrollado mal humor y/o agresividad en este tiempo.
El 18% reconoce haber tenido problemas de sueño e incluso el 13% haber experimentado síntomas de depresión. Por otro lado, el 12% de los niños destaca haber perdido, o aumentado, de peso en el confinamiento y un 7% cree que termina esta situación con una menor autoestima.
Damián Montero
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