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Ana Cemborain: «Los cuentos tienen memoria en los niños y eso es algo muy valioso»

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En el mágico mundo de la literatura infantil, Ana Cemborain ha dejado huella con su nueva versión del cuento El Ratoncito Pérez. Sorpresa bajo la almohada (Palabra). En esta entrevista, nos sumergimos en el proceso creativo de Ana y descubrimos cómo ha reinventado la clásica leyenda del ratoncito que se lleva los dientes de leche de los niños.

Además, conoceremos los retos a los que se enfrentó la autora al escribir para un público tan exigente como el infantil y cómo logró crear un personaje tan entrañable y cercano a los corazones de grandes y pequeños. Acompáñanos en este fascinante viaje por las páginas de un cuento que promete capturar la imaginación y la ilusión de todas las generaciones.

El cuento del Ratoncito Pérez, el valor de pensar en el otro

El Ratoncito Pérez se ha convertido en el libro más vendido de la editorial Palabra en la Feria del Libro de Madrid que acaba de celebrarse, ¿a qué crees que se debe su éxito?
El Ratoncito Pérez es un miembro más de la familia, forma parte de nuestros hogares y de nuestras historias. Por eso es una figura que a la gente le gusta tanto y siempre se quiere compartir, los grandes con los pequeños y viceversa. Que el Ratoncito llegue por primera vez es un acontecimiento que las familias quieren celebrar siempre.

¿Qué significaba para ti el Ratoncito Pérez cuando eras pequeña?
Me encantaba la magia y el misterio que rodeaba la noche del Ratoncito Pérez, pero si soy sincera solo recuerdo el primer regalo con el primer diente. Echando la vista atrás creo que es lo más importante, la emoción y la memoria de esa primera vez con la ilusión de descubrir unos pequeños pendientes al lado de mi cama. Sentí que alguien pensaba mucho en mí y me quería y eso es un sentimiento poderoso.

¿Recuerdas cómo te sentías cuando se te caía un diente de leche?
¡No me gustaba nada! Lo pasaba fatal, me daba una grima terrible el proceso. Cuando se me caía era todo un alivio y me gustaba cuando mi madre se guardaba alguno en una cajita especial que dejaba en un rincón propio, con sus joyas, su perfume… me gustaba ir a mirarlos de vez en cuando.

¿Qué te inspiró y animó a escribir esta nueva versión de la historia de El Ratoncito Pérez?
Quería un cuento de estilo más clásico y fiel a la historia original, de la que me he inspirado por ejemplo en la confitería en la que vive. Creo que hay historias de sus aventuras con ilustraciones de todo tipo, pero buscábamos una con un valor diferente, recuperar un poco del pasado para los niños (y no tan pequeños) de ahora.

¿Crees que tu experiencia personal con el Ratoncito Pérez influyó en la manera en que escribiste el libro?
Quizás sí, quería cuidar sobre todo la magia que se esconde en el concepto en sí del Ratoncito, no tanto en lo que nos deja o en si corre mil aventuras. Diría que buscamos un poco más la sencillez y la delicadeza para que el personaje brillase de otra manera.

¿Hay algún mensaje o lección en particular que esperas que los niños aprendan de la historia?

Me gustaría que extrajesen que hacer felices a los demás te reporta felicidad a ti también.

Vemos a una niña algo avariciosa y luego a otro pequeño que vuelca el regalo del Ratoncito en otra persona. Es importante que descubran que pensar en el otro, con los regalos del día del padre y la madre, pensar un detalle para sus abuelos o incluso en los cumpleaños de los amigos, escoger con el corazón y no gastar por gastar, puede ser realmente satisfactorio.

¿Cómo elegiste el estilo de ilustración que acompaña a la narrativa del libro?
Soy una apasionada de la ilustración y me topé con Ángela, la creadora de este Ratoncito con esmoquin impecable, y al instante me gustó su estilo. La idea vintage o clásica que yo buscaba fue innata en ella, con su técnica a base de acuarela totalmente manual, y eso le ha dado a este cuento un valor añadido muy importante. Nos entendimos estupendamente desde el principio y hemos construido este universo propio del Ratoncito adaptándonos la una a la otra.

¿Puedes compartir alguna anécdota interesante o divertida que ocurrió durante la escritura o publicación del libro?
Viví un momento muy especial durante la firma. Mi amiga de la infancia está embarazada y me dijo que el día de la firma en la Feria del Libro se acercaría con su marido y me desvelaría el sexo del bebé con el nombre que ya tenían pensado para que se lo dedicase directamente como su primer cuento. En el momento de la verdad me revelaron que era niña (acerté, por cierto) y que su nombre iba a ser Inés. Me quedé completamente en estado de shock hasta que me salió por fin que si era broma, porque es el nombre justo de la protagonista del cuento. Les tocó entonces a ellos preguntarme si era en serio. Fue mágico, muy bonito y el mejor recuerdo sin duda.

Tras el éxito de Más allá de Austen (Ciudadela), éste es ya tu segundo libro, ¿tienes algún ritual o rutina específica cuando te sientas a escribir?
No tengo ningún ritual, solo puedo decir que, en mi caso, estoy supeditada al momento de inspiración. Si no fluye, no fluye, no es el día. Y cuando llega el momento lo sabes y lo vuelcas todo, lo que provoca que al acabar estás el resto del día con la cabeza medio vacía. De hecho con el cuento me pasó y recuerdo que no paraban de preguntarme si me encontraba bien que me notaban rara, mi mente seguía en las nubes.

¿Qué importancia crees que tienen los cuentos infantiles en el desarrollo emocional e intelectual de los niños?
Me parece crucial en todo su contexto. Las historias y el mensaje son cruciales, el aprendizaje que extraes de un libro te enriquece en todos los sentidos. Pero no solo eso, el poder escoger un cuento con tus padres en la feria, el recuerdo de la lectura que hiciste un verano. Los cuentos tienen memoria en los más pequeños y eso es algo muy valioso.

¿Cómo ves el panorama de la literatura infantil en este momento?
El panorama en cuestión de literatura infantil brilla más que nunca, lo cual es positivo, pero también apabulla. Más que nunca hacen falta referentes para escoger buena literatura, buenas historias de calidad, tanto por su escrito como por las ilustraciones, no hay mejor valor cultural para los niños jóvenes. Pero, a veces las novedades encima de la mesa tapan otras historias que resultan interesantes a descubrir, merece la pena invertir un poco de tiempo en buscar una buena lectura y, añadiría, que es una aventura bastante maravillosa cuando te enamora este mundo.

Marisol Nuevo Espín

Para más información:

El Ratoncito Pérez. Sorpresa bajo la almohada

Ana Cemborain Pérez
El Ratoncito Pérez

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