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Agresividad repentina en niños, ¿por qué sucede y cómo solucionarla?

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Los cambios repentinos de personalidad en niños pueden esconder algo más

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Todo marcha genial, un padre se siente orgulloso de su hijo. Sin embargo llega un día en el que el niño comienza a manifestar un comportamiento agresivo repentino, ¿a qué se debe esta actitud novedosa? ¿Por qué el pequeño de repente empieza a cambiar? Pareciera que de la noche a la mañana el menor que se conocía ya no existe y que otro ha tomado su lugar.

Cuanto esta situación se produzca, hay que estar atentos ya que podría ser el inicio de un camino que es mejor cortar antes de que empeoren. Pensar que estos comportamientos son pasajeros puede provocar que en el futuro se perpetúen y sean más difíciles de tratar. Estas son algunas ideas que Alan Train ofrece en su libro Agresividad en niños y niñas: Ayudas, tratamiento, apoyos en la familia y en la escuela.

Respuesta a la insatisfacción

Train sugiere que estas conductas son habitualmente una forma en las que el niño manifiesta una insatisfacción. Si se advierten estos comportamientos los padres deben preguntarse qué puede faltar al niño para que se muestre así. Este descontento puede provocarse por algo tan simple como que no se le ha dejado ver la televisión tanto como él quiere, hasta una ausencia del amor que necesita.

Otra de las causas de esta agresividad repentina es que el niño se sienta amenazado por alguna causa. Reacciones ante situaciones que no han gustado a los más pequeños y que generan en ellos algunas reacciones como las siguientes:

Contraataque con agresiones verbales, por ejemplo el niño contesta ‘tonta’ o algún otro tipo de palabra que busque insultar a la madre.

Mienten con el fin de librarse de un castigo.

Se enfadan y tienen berrinches pensando que así evitarán las reprimendas de sus padres.

La llegada de un hermano menor también puede provocar en los niños comportamientos agresivos como consecuencia de su sensación de desplazamiento. Los menores se sienten apartados de su rol principal y por ello responden de esta forma para tratar de recuperar su poder. También es habitual en las visitas de primos o amigos que pueden acaparar cierta atención por parte de sus padres y otros adultos.



Cómo responder a estas actitudes

Los padres deben saber responder a estas agresividades repentinas y ofrecer desde comprensión, hasta firmeza en la educación de sus hijos. Estas son algunas formas para reaccionar a estas situaciones:

– Comprender qué le ocurre al hijo. ¿Es un berrinche por falta de televisión o hay algo más? Los padres deben valorar si su hijo tiene algo de razón al reclamar sus necesidades y tratar de satisfacerlas, pero nunca ceder ante los caprichos.

– Tratar de calmarle. Si de repente el niño se empieza a alterar, los padres deben tratar de calmarlo. Pedir que baje la voz y advertirle de que no debe seguir por este camino o se enfrentará a consecuencias.

– Ser firmes. Los padres deben ser firmes y nunca responder a los reclamos de caprichos, cediendo ante ellos.

– Paciencia. No hay que perder los papeles y responder a estas situaciones con comportamientos nerviosos. Los padres deben estar templados cuando hablen con sus hijos para reprenderles por estos comportamientos.

Damián Montero

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