Los pediatras de la Asociación Española de Pediatría AEP advierten de que el parón de los meses de verano puede suponer un retroceso en el léxico y la comprensión lectora de los niños. Por este motivo, recomiendan leer durante las vacaciones, sobre todo, en voz alta porque facilita el desarrollo psíquico del niño y sirve para estimular su mente, crear lazos afectivos o fortalecer su imaginación.
Después de todo un curso de lectura obligada por asimilación de contenidos y exámenes, llegan las vacaciones de verano y parece que nos olvidamos de leer. Por un lado, gracias al tiempo libre, los niños prefieren jugar y disfrutar al aire libre y esto supone una buena oportunidad para hacer muchas cosas que a menudo no se hacen durante el curso y disfrutar en familia. Pero, cuando se sientan, ¿qué sucede con la lectura?
Las nuevas tecnologías están, actualmente, desplazando a los libros. Muchos niños y adolescentes prefieren entretenerse con el ordenador, la televisión, las tablets o los móviles, y los libros parecen estár pasando a un segundo plano. Por este motivo, sin descuidar las actividades al aire libre típicas de estas fechas, es recomendable dedicar más ratos libres a leer libros o cuentos que delante de una pantalla. «El verano es un excelente momento para disfrutar de la lectura», recuerdan desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), que en su web Familia y Salud recoge algunos consejos y libros para fomentar y disfrutar la lectura de los más pequeños durante estos meses del año.
Libros en verano para los peques
La lectura veraniega es una buena forma de evitar que pierdan lo que han aprendido durante el curso, pudiendo incluso llegar a mejorar los logros de los niños cuando comiencen el colegio en septiembre.
Además, la lectura en voz alta es una actividad que se practica muy poco, ya que los adultos casi siempre leemos en silencio; sin embargo, este hábito facilita el desarrollo psíquico del niño, sirve para estimular su mente, crear lazos afectivos o fortalecer su imaginación. Esta permite dar vida y significado a un texto escrito a través de la entonación, la pronunciación, la fluidez, el ritmo o el volumen de la voz, «consiguiendo de esta forma que la persona que escucha pueda soñar, imaginar o exteriorizar sus emociones y sentimientos», señala la Dra. Concepción Sánchez Pina, presidenta de la AEPap.
Esto también contribuye a estimular el interés temprano de los niños por los libros, que está estrechamente ligado al apego emocional que hay entre padres e hijos y a que «tengan una actitud positiva hacia los libros y aprendan y nuevas palabras, mejorando su dominio del lenguaje y despertando su curiosidad por el mundo que les rodea», recuerda la pediatra.
Beneficios de practicar la lectura en voz alta
1. Crea vínculos familiares: la lectura compartida favorece y genera un fuerte vínculo afectivo entre padres e hijos. Éste se basa en el placer de acompañarlos mientras ellos hacen sus propios descubrimientos. «Hay investigaciones que confirman que el interés temprano por los libros está estrechamente ligado con el apego emocional que hay entre padres e hijos», apunta la Dra. Narcisa Palomino Urda, pediatra del Centro de Salud Las Flores de Granada y vicepresidenta de la AEPap.
2. Contribuye al aprendizaje: cuando los padres leen un cuento en voz alta contribuyen al éxito escolar de sus hijos, ayudándoles a ser más capaces de concentrarse y de resolver problemas aplicando la lógica. También a expresarse con más facilidad y claridad», explica la Dra. Palomino Urda. Los informes PIRLS (Progress in International Reading Literacy Study) que evalúan la comprensión lectora de alumnos de distintos países del mundo, han demostrado que está muy relacionada con el interés personal de los padres hacia los libros.
3. Fomenta el desarrollo emocional: gracias a la lectura se puede dialogar acerca de los valores, ideas o inquietudes del tema tratado, «pudiendo así hablar de temas como el desamor, la pobreza o la muerte sin tener que esperar al fallecimiento de un ser querido, por ejemplo», añade la Dra. Sánchez Pina.
Hay evidencias de que los alumnos emocionalmente inteligentes tienen mejores niveles de bienestar emocional y son menos propensos a comportamientos agresivos o violentos.
4. Mejora la autoestima: una actitud positiva permite que nos sintamos capaces de aprender y creer que vamos a poder lograr un objetivo concreto. «Si el niño ha sido felicitado por su comprensión lectora, probablemente querrá seguir leyendo, mientras que el fracaso tiende a desarrollar sentimientos de incapacidad. Por ello, es importante que las lecturas estén al alcance de los más pequeños para evitar que surjan sentimientos negativos», aclara la doctora Palomino.
5. Actividad lúdica: los padres no deben usar el lenguaje con los niños solamente para pedir, ordenar o reñir, sino también como un juego. Es necesario que los juegos incluyan el lenguaje, de forma que igual que los niños saltan, se disfrazan o acunan a un muñeco puedan escuchar canciones, trabalenguas o cuentos.
Los padres deben ser conscientes de la importancia de ser un ejemplo para sus hijos en lo que a la lectura se refiere, así como de acostumbrarse a leer con ellos en voz alta desde que son bebés ya que «a veces basta con una palabra, una imagen o un personaje que atraiga su atención para que de inmediato un libro les resulte atractivo», concluye la Dra. Sánchez Pina.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Dra. Narcisa Palomino Urda, pediatra del Centro de Salud Las Flores de Granada y vicepresidenta de la AEPap.
Más informaición en el libro:
– Cómo hacer hijos lectores. Carmen lomas Pastor. Ed. Palabra.
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